Significado de agua mineral | Sinónimos y oraciones con ejemplos de uso de agua mineral
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Significado de «agua mineral»

El término agua mineral se refiere a un tipo de agua que contiene en disolución diversas substancias minerales, como sales y oligoelementos, que le otorgan propiedades específicas.

Este tipo de agua es apreciada por sus beneficios potenciales para la salud y su sabor característico.

A menudo se embotella y se comercializa como una opción refrescante y saludable.

Para una comprensión más completa, se recomienda explorar la definición de agua.
 


Tabla de contenido


Definición de agua mineral

  1. La que lleva en disolución substancias minerales.

    Se sugiere leer también la definición de: agua
    2º artículo
  1. Con este nombre, abreviación del de aguas minero-medicinales, se distinguen las aguas naturales que contienen cantidades no corrientes de substancias minerales disueltas y a las que desde hace siglos se les atribuye un valor terapéutico. Ya los médicos griegos tenían mucha fe en el poder curativo de ciertas aguas y los templos de Esculapio, dios de la medicina, solían erigirse en las cercanías de manantiales de esta clase. Las fuentes termales de Italia, así como las de Aquisgrán y Baden-Baden en Alemania, Bath en Inglaterra y Spa en Bélgica, fueron conocidas de los romanos. En España se conservan restos de termas romanas en Sagunto, Alange, Montemayor y Archena, y San Isidoro de Sevilla se ocupa también de la cura balnearia en sus Etimologías. En los Estados Unidos se supone que los manantiales calientes de Arkansas son la «Fuente de juventud» que buscaba el español Ponce de León cuando descubrió la Florida y, según la leyenda, Hernando de Soto permaneció cerca de ellos hasta restablecerse de sus heridas. Las propiedades curativas de las aguas de Saratoga Springs eran conocidas por los indios antes de 1535 y los blancos ya utilizaban las de White Sulphur Springs hacia el 1778.


    - Clasificación (agua mineral). Las aguas minerales proceden, por lo general, de manantiales, aunque algunas se extraen de pozos. Atendiendo a su temperatura, suelen clasificarse en dos grandes grupos: termales, que salen a la superficie a temperatura apreciablemente superior a la del ambiente, y frías, que no la sobrepasan. Algunos autores prefieren una clasificación más definida y consideran como aguas frías las que brotan a menos de 20 °C, como hipotermales o templadas las que lo hacen entre 20 y 30 °C, termales o calientes las que emergen a 30-40 °C e hipertermales o muy calientes las que rebasan los 40 °C.

    Basadas en la composición química de las aguas minerales existen muchas clasificaciones, con las que se pretende dar una idea de la naturaleza y cantidad de sales disueltas que oriente respecto a su utilidad terapéutica, aunque ninguna de ellas sea perfecta ni de aceptación general.

    En una, por ejemplo, se establecen los grupos siguientes: Aguas alcalinas, que contienen carbonatos, bicarbonatos, boratos o silicatos de los Metales alcalinos o alcalino-térreos; alcalino-salinas, las que; además de carbonatos alcalinos, llevan una cantidad aproximadamente igual de sulfatos, nitratos o cloruros; Salinas, en las que existen sulfatos de sodio, magnesio o calcio y cloruro sódico en concentraciones muy variables, entre los límites correspondientes a las aguas débilmente salinas y las auténticas salmueras; Ácidas, que contienen ácidos libres, y Neutras, que, dada su pequeña concentración de sales disueltas, apenas pueden considerarse como aguas minerales, pero que tienen gran popularidad como aguas de mesa.


    En la clase impropiamente llamada sulfurosas, pues debían denominarse sulfhídricas, se incluyen actualmente todas las que contienen más de un miligramo de azufre por litro, en forma de hidrógeno sulfurado, SH. Las sódicas suelen ser termales y las cálcicas, frías. Terapéuticamente se consideran como antiflogísticas.

    Se clasifican como cloruradas las que llevan como mínimo un gramo de cloruro sódico, ClNa, por litro, y pueden ser: poco mineralizadas (hipoo isotónicas) y con frecuencia termales; muy mineralizadas (hipertónicas) y frías; llevan sulfuros o hidrógeno sulfurado, bromo, iodo o bicarbonatos. Influyen sobre el metabolismo del recambio salino y tienen acción antiflogística.

    El predominio del anión sulfato, caracteriza a las aguas sulfatadas, que, por lo demás, suelen tener una composición muy compleja; por su acción sobre el organismo se clasifican como purgantes.

    Aguas bicarbonatadas son las clásicamente alcalinas, que se caracterizan por contener no menos de un gramo de bicarbonato sódico por litro; pueden ser calientes o frías; actúan sobre el metabolismo en general y sobre el equilibrio ácido-base, y tienen carácter diurético.

    La presencia de más de un centigramo de alguna sal de hierro por litro distingue a las aguas ferruginosas, que con frecuencia contienen también arsénico. Tienen una acción específica sobre las enfermedades de la sangre y se consideran como reconstituyentes.

    La clase de aguas nitrogenadas no tiene actualmente razón de ser y todas las incluidas en ella pertenecen a alguna de las otras clases.

    Algunos autores añaden otras clases que, más que por su composición química, actúan por sus propiedades fisicoquímicas, como las oligominerales, que contienen muy pequeñas cantidades de sales disueltas, y las radiactivas.

    - Valor terapéutico del agua mineral. La propaganda comercial respecto a las propiedades curativas de las aguas minerales ha incurrido en exageraciones perjudiciales con tanta frecuencia que la Sociedad Internacional de Hidrología Médica se vio obligada a realizar un estudio de carácter mundial y publicar sus resultados.

    El empleo de las aguas minerales en los balnearios y bajo la dirección de médicos competentes puede producir resultados beneficiosos en el tratamiento de muchos trastornos crónicos y durante la convalecencia de otros agudos. A ello contribuyen, sin duda, de manera muy importante, el cambio de ambiente y de costumbres, la ausencia de preocupaciones domésticas o comerciales y el ejercicio al aire libre y puro. Pero nunca ha de olvidarse que las aguas sólo deben tomarse con un fin determinado, durante un cierto tiempo y siempre bajo la vigilancia del médico.

    Se acepta en general que la materia mineral del agua resulta más efectiva cuando se administra en diluciones relativamente grandes y que las aguas calientes producen efectos más notables que las frías. La radiactividad de las aguas minerales fue considerada en tiempos como un importante factor curativo y, aunque no se han logrado pruebas evidentes de ello, las aguas que contienen radio o su emanación, Radon, han tenido una gran aceptación. A medida que se ha ido reuniendo información sobre los posibles peligros del radio, cuyas emanaciones actúan de manera parecida a los rayos X, se ha reconocido que la ingestión casual, y aun la simple aplicación externa de dichas aguas, sin las debidas garantías, pueden tener incluso efectos mortales y se ha abandonado su empleo.

    La investigación científica ha revelado que el valor terapéutico de un agua mineral no se debe enteramente a sus componentes principales y se supone que la presencia de indicios de elementos como el cobalto, boro, yodo, titanio, cobre, estaño, cinc, manganeso, circonio y otros, puede tener una notable acción sobre las células del organismo, pues algunos de los elementos citados son componentes esenciales de enzimas muy importantes. El bromo se encuentra en la glándula pituitaria aproximadamente en el mismo porcentaje que el yodo en la tiroides; el boro desempeña un gran papel en el metabolismo del calcio; la presencia del flúor en el agua (en la cantidad debida, no mayor de 1,5 partes por millón) se dice que evita la caries dental; el cobre es un complemento necesario del hierro en la formación de hemoglobina y el cinc es indispensable para el crecimiento y la reproducción. Aunque no se conocen todas las funciones específicas de las trazas de elementos, lo que se sabe basta para justificar la hipótesis de que son necesarias para asegurar un crecimiento y actividad normales del organismo (v. Enfermedades carenciales) . La energía radiante, los gases disueltos, la presión, la temperatura y muchos otros factores desconocidos juegan, sin duda, un papel importante en el valor terapéutico de un agua mineral.

    La aplicación externa de las aguas minerales puede hacerse en forma de baños o duchas, totales o parciales, y también envolviendo al paciente en sábanas mojadas, frías o calientes. La presión hidrostática del agua en los baños estimula la circulación de la sangre y favorece su retomo al corazón. Los gases, casi siempre presentes en las aguas minerales, son solubles en los lipoides y pasan al interior del cuerpo a través de la piel, lo mismo que el yodo, bromo y boro. Sin embargo, cuando las aguas se administran por vía interna, bebidas o por otros procedimientos, sus efectos sobre el organismo son más intensos y dependen de la naturaleza y concentración de las sales disueltas y de la cantidad ingerida. En general, las concentraciones grandes favorecen la eliminación por la vía intestinal, las pequeñas estimulan la diuresis o eliminación renal. Entre las enfermedades que al parecer responden más favorablemente a la cura balnearia se encuentran las cardiovasculares, el reumatismo crónico, incluida la gota, las neurosis, los trastornos metabólicos, gastrointestinales, respiratorios y glandulares y algunas enfermedades de la piel, como el eczema crónico y la psoriasis.
    3º artículo
  1. Se dice de la que presenta un alto contenido en sustancias minerales. Se embotella y vende para consumo de mesa o con fines medicinales. Su empleo se remonta a la Grecia antigua, cuyos médicos creían en los poderes curativos de las fuentes minerales.

    Entre las aguas minerales insípidas, pero; efervescentes a causa de su contenido en anhídrido carbónico natural, están las de Vichy, Mondariz, Fontier, etc. Tal efervescencia sugirió a Joseph Priestley y otros químicos del siglo xviii la idea de introducir en el agua el anhídrido carbónico que se desprendía en la elaboración de la cerveza. La industria de las bebidas carbónicas surgió al añadir al líquido jugos de fruta y azúcar para mejorar su sabor. Las más populares son las aromatizadas con cola, jengibre y zarzaparrilla. Por bebidas suaves se entienden tanto las efervescentes como las obtenidas de jugos de frutas, si bien generalmente recibe esa denominación cualquier bebida carbónica embotellada.

    Para más información ver: bebida.
Actualizado: 10/06/2014

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Fuentes bibliográficas y más información de agua mineral:
Análisis de agua mineral

Pronunciación de agua mineral

Pronunciación (AFI): [ ˈa.ɣwa mi.neˈɾal ]

Cantidad de letras, vocales y consonantes de agua mineral

Palabra inversa: larenim auga
Número de letras: 11
Posee un total de 6 vocales: a u a i e a
Y un total de 5 consonantes: g m n r l

¿Es aceptada "agua mineral" en el diccionario de la RAE?

Ver si existe en el diccionario RAE: agua mineral (RAE)

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Cómo citar la definición de agua mineral
Definiciones-de.com (2014). Definición de agua mineral - Leandro Alegsa © 10/06/2014 url: https://www.definiciones-de.com/Definicion/de/agua_mineral.php

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