Animales: colores de enmascaramiento (mimetismo)

1. La codorniz o el conejo que permanecen tumbados, inmóviles e invisibles, hasta que pasa un halcón, son buen ejemplo de empleo de colores protectores.
   
   La coloración protectora descansa en varios principios. Uno consiste en adaptarse a la intensidad de la luz: las partes inferiores del animal, que permanecen en la sombra, son pálidas; las superiores, expuestas a la luz intensa, son oscuras. Así el animal aparecerá de tonalidad uniforme al ser observado lateralmente.
   
   Otro principio supone el adoptar un color y diseño que se confunda con el fondo sobre el que se sitúa el animal. Los numerosos insectos de color fundamentalmente verde que habitan entre hierbas y hojas y los insectos pardogrisáceos que merodean sobre la corteza de los árboles son buenos ejemplos de esta clase de coloración protectora, como lo son también el diseño a imitación de hierbas secas con que se cubre la agachadiza de los pantanos o la piel listada del tigre de la jungla.
   
   
   
   Una langosta se mimetiza por sus colores en una planta de maíz. CC
   
   
   En un tercer principio, el de coloración disyuntiva, amplios manchones de colores muy opuestos rompen la continuidad del cuerpo, como ocurre con la piel tachonada de algunas ranas y con el plumaje de una perdiz joven. Las pálidas patas del ganado salvaje que habita en los matorrales de Oriente contrastan con sus cuerpos oscuros, contraste que provoca la «desaparición» de aquellos apéndices.
   
   
   
   Los colores del plumaje de las perdices les permiten permanecer más seguras frente a sus depredadores. CC
   
   
   Algunos ejemplos muy convincentes demuestran que una conformación y postura adecuadas pueden acentuar la semejanza con el medio ambiente: el avetoro que se oculta en un cañaveral apunta su pico hacia el cielo para imitar no sólo en color, sino también en tamaño y grosor a las cañas que le esconden.
   
   En ciertos casos, los animales, ayudados por su comportamiento, imitan en diseño y forma a algún objeto de las cercanías. Los dragones marinos, pequeños peces afines al caballito de mar, que habitan entre los sargazos del Atlántico, son ejemplo de estos casos especiales. Las proyecciones rugosas de sus cuerpos, observadas contra el color del animal, imitan en tal forma a las algas que resulta difícil distinguir al pez aun cuando se sepa el lugar en que se halla.
   
   
   
   Caballito de mar. CC
   
   
   También entre los insectos se encuentran muchos ejemplos de animales que, como los insectos hoja, imitan no sólo la forma y color general de las hojas, sino también sus inervaciones y manchas pardas.
   
   
   
   Insecto que parece una hoja seca (Phyllium philippinicum). CC
   
   
   
   
   Los colores de ciertas mariposas permiten confundirlas con su entorno. CC
   
   
   ♦ Para más información ver: Coloración de los animales.
   
   ♦ Para más información ver: Animales: colores distractivos y confusivos.
   
   ♦ Para más información ver: Animales:uso de colores como exhibición.

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