Significado de crónicas españolas | Sinónimos y oraciones con ejemplos de uso de crónicas españolas
Significado de «crónicas españolas»
Las crónicas españolas son un tipo de escritos que se enfocan en narrar los sucesos históricos de España.
Este género se distingue por ofrecer un relato minucioso y imparcial de los acontecimientos, ya sea a través de la perspectiva de un testigo directo o de un historiador que se apoya en fuentes documentales.
Estas crónicas pueden abarcar un periodo específico de la historia o concentrarse en un personaje o evento en particular, brindando así una visión detallada y contextualizada de la realidad histórica del país ibérico.
Tabla de contenido
Definición de crónicas españolas
Autor: Leandro Alegsa
Número de letras: 17
Posee un total de 7 vocales: ó i a e a o a
Y un total de 10 consonantes: c r n c s s p ñ l s
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Este género se distingue por ofrecer un relato minucioso y imparcial de los acontecimientos, ya sea a través de la perspectiva de un testigo directo o de un historiador que se apoya en fuentes documentales.
Estas crónicas pueden abarcar un periodo específico de la historia o concentrarse en un personaje o evento en particular, brindando así una visión detallada y contextualizada de la realidad histórica del país ibérico.
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Definición de crónicas españolas
- La crónica española es un género literario que se caracteriza por relatar los acontecimientos históricos de España.
Se trata de un relato detallado y objetivo de los hechos, que puede ser escrito por un testigo presencial o por un historiador que basa su relato en fuentes documentales.
La crónica española puede abarcar un periodo histórico determinado o centrarse en un personaje o hecho concreto.
Historia de las crónicas españolas
El concepto de «Historia de España», y por tanto el de «crónica española», entendida como relato de la totalidad de los acontecimientos nacionales o de los acaecidos durante una época o reinado, no aparece en la conciencia de los autores hasta entrada la Edad Media.
En las obras de historiadores, geógrafos y viajeros de la antigüedad encontramos numerosas referencias a la tierra hispana, que proporcionan datos de gran interés sobre las costumbres, los habitantes, la configuración topográfica del país, etc.
Así, la Ora marítima, de Avieno; el Periplo del Mediterráneo, de Escílax de Carianda.; los Fragmenta Historicorum Graecorum, de Eforo; la Política y la Meteorología, de Aristóteles; las Historias, de Polibio, la Historia, de Salustio, etcétera.
El primer historiador español es Orosio (siglo iv); pero lo es sólo por nacimiento, no por la concepción de su Historia adversas paganos libri VII, que quiere ser una ampliación de la Ciudad de Dios, de San Agustín. Tanto Orosio como el autor de los Fastos Idacios (catálogo de cónsules desde el año 45 a. de J.C. hasta el 468), el del Epitoma chronicorum V y San Isidoro en su Chronicon se proponen continuar la historia romana al estilo de San Agustín.
En esta misma línea de historiar el Imperio Romano encontramos el Chronicon, de Hidacio, obispo gallego (388?-470?), si bien la obra ofrece una concreción por lo que respecta a España al relatar con mucha precisión cronológica las invasiones de los bárbaros que él vivió.
Por esta atención especial a los acontecimientos ocurridos en la Península y por su reacción personal —él era hispanorromano—, Hidacio merece encabezar la lista de historiadores y cronistas propiamente españoles. Una actitud parecida tiene otro historiador de la época, Juan de Bíclaro (540?-621?) quien, en su Chronicon, da la misma importancia a lo hispánico que a lo romano, a pesar de que su intención es la de historiar los sucesos del Imperio Romano de Oriente, y nos proporciona abundantes noticias sobre la conversión, de los visigodos al Catolicismo.
Lo nacional se concreta aún más en un fragmento conservado de San Máximo (siglo vi) y en la Historia de regibus Gothorum, Wandalorum et Suevorum, de San Isidoro, donde se hace la historia del pueblo godo, desde Magog, hijo de Jafet, de quien lo cree descendiente. San Isidoro aprovecha múltiples materiales de los historiadores que le han precedido y su talento de historiador se manifiesta especialmente en la manera de enjuiciar los. acontecimientos.
La Historia del Santo se inicia con la famosa «De laude Hispaniae»: «Omnium terrarum, quae sunt occiduo usque ad Indos, pulcherrima es, o sacra semperque felix principium gentiumque mater Spania», en la que aparece ya perfectamente definida la conciencia nacional.
La exaltación del relato isidoriano contrasta con la sequedad y frialdad de una Chronica regum Wisigothorum, redactada en el siglo vii. La Historia de San Isidoro se complementa con las crónicas y relatos religiosos debidos a San Braulio, Redempto, Sisebuto, etcétera.
La invasión de España por los musulmanes y sus luchas con los cristianos, así como los sucesos de los diferentes reinos que se formaron en la Península, lo hallamos relatado en un conjunto de crónicas y de historias, tanto cristianas como musulmanas.
Entre las Cristianas debemos mencionar: la Crónica bizantina-árabe de 741, la Crónica mozárabe de 754, la Crónica Albeldense, terminada en 881 o 883, la Crónica profética, de 883.
La Crónica de Alfonso III de León (866-910), que abarca de Wamba a Ordoño I, o sea un periodo comprendido entre el año 676 y 866, tiene particular interés por inaugurar un tipo de crónica con acusado sentido nacional.
Esta Crónica fue continuada por Sampiro hasta el reinado de Ramiro III (982). A éstas siguen la Chronica Gothorum pseudo-isidoriana, del siglo xi; la Crónica Sítense, de principios del xii, obra de un monje del monasterio de Silos, de gran interés literario, puesto que su autor aprovecha fuentes poéticas y en ella se han podido descubrir rastros de versificación procedentes de las fuentes utilizadas; la Crónica de Pelayo, cuyo autor fue obispo de Oviedo a principios del xii; la Crónica Najerense (¿1160?), que es una compilación de las anteriores, y que proporciona abundante material sobre la muerte del rey Don Sancho y el Gid y que acusa un evidente influjo del Cantar de Mio Cid; la Chronica Adefonsi Imperatoris, que historia el reinado de Alfonso VII; la Crónica latina de los Reyes de Costilla, de 1236; el Chronicon Mundi, de Lucas de Tuy, llamado el Tudense, terminada de redactar en 1236 por encargo de Doña Berenguela; la Historia Ghotica, de Rodrigo Jiménez de Rada (1180?-1247?), que abarca desde los tiempos de Jafet hasta el año 1243 con particular interés sobre el reinado de Alfonso VIII y con un acusado sentimiento patriótico.
Para la historia del Cid existe una Historia Roderici o Gesta Roderici Campidocti, redactada unos quince años después de la muerte del héroe.
Entre los historiadores musulmanes sobre los hechos y acontecimientos de la invasión y de la Reconquista debemos citar a los tres Rasís: Mohamed ben Muza, el Arrazí, Ahmed ben Mohamed el Arrazí e Isa Ben Ahmed, a Aben Alcutía, Aljoxaní, Abén Hayan y la obra Ajbar Machmua o Colección de tradiciones.
La segunda época de la historiografía medieval se abre con la gran figura de Alfonso X el Sabio y su magna obra Primera Crónica General, cuya primera parte, que llega hasta la conquista árabe fue terminada en 1280. La segunda, que comprende desde Pelayo hasta Fernando III el Santo se redactaba bajo el reinado de Sancho IV.
La participación del rey en la composición de la obra fue muy activa, puesto que aunque no la redactó, la planeó, eligió a los colaboradores y la corrigió.
Aparte de su gran valor literario, la Primera Crónica General es una recopilación de todo cuanto se sabía en aquel tiempo, una especie de enciclopedia, donde se trata de los más variados temas.
A la Crónica de Alfonso el Sabio siguen la Crónica de Jofré de Loaysa (muerto a principios del xiv); la Crónica abreviada (1320-22?) de su sobrino Don Juan Manuel; la Crónica de 1344 o Segunda Crónica General, que es la primera gran refundición de la obra alfonsina; tres crónicas que se designan con los nombres de los reinados que historian: de Alfonso X, Sancho IV y Fernando IV, atribuidas a Fernán Sánchez de Valladolid, a quien se considera autor también de la documentada y precisa Crónica de Alfonso XI; la Abreviación de la Primera Crónica, aproximadamente de 1350; la Crónica de Veinte Reyes (c. 1360), que abarca de Fruela II a Fernando III (924-1252), de gran interés para los temas cidianos; también hasta el reinado de Fernando III llega la Crónica de los Reyes de Castilla, de 1370; la Crónica de Fray García de Euguí y un Sumario, así como la tercera refundición de la Crónica de Alfonso el Sabio, la Tercera Crónica General.
De este mismo periodo es la Crónica General en gallego y La grant e verdadera istoria de Espanya o Grant Crónica de Espanya, de Juan Fernández de Heredia, escrita en aragonés con un estilo lleno de vida.
La historiografía de la Corona de Aragón se inicia con las Gesta Comitum Barcinonensium, redactada entre 1162 y 1276, que empieza con el Conde de Barcelona Guifredus y su hijo el Velloso, para llegar hasta el reinado de Jaime I, a la vez que historia otros condados catalanes.
Cuatro grandes crónicas catalanas reúnen un doble interés histórico y literario, hasta el punto que el hispanista francés Morel-Fatio las designó con el título «las cuatro perlas». La primera es la Crónica de Jaime I o Libre deis feyts del rey En Jacme, que relata minuciosamente el reinado de este rey (1208-1276), con datos de gran interés para las empresas de Mallorca y de Valencia; redactada en tono autobiográfico, parece ser que la intervención del rey fue semejante a la que tuvo Alfonso el Sabio en su Primera Crónica General.
Bernat Desclot, llamado «el cronista modelo de la Edad Media», es autor de una Crónica que abarca desde el reinado de Ramón Berenguer IV hasta Pedro el Grande de Aragón (1285). Si la primera parte contiene algunas leyendas, la Crónica es valiosísima para el reinado del rey Pedro, por quien el autor siente una admiración incondicional.
A través de una prosa de gran belleza y plasticidad se hace viva en la obra toda la grandeza personal del reinado de Pedro el Grande. La tercera gran Crónica, y la más conocida, es la de Ramón Muntaner, que comprende los reinados de Jaime I a Alfonso III (de 1203 a 1328).
También cobra veracidad a partir de los sucesos que conoció personalmente, sobre todo en el relato famoso de la expedición de los catalanes a Oriente en la que el cronista tomó parte, y que nos describe casi en tono de epopeya.
Si el estilo de Muntaner no tiene la belleza de Desclot, su entusiasmo arrebata todavía al lector actual. La cuarta es la Crónica deis reis d’Aragó e comtes de Barcelona, conocida también con el título de Crónica de San Juan de la Peña: se trata de una historia general de Cataluña y Aragón ordenada recopilar por Pedro IV el Ceremonioso y que contiene una gran riqueza de información.
La historiografía castellana del siglo xiv se inicia con la gran figura del canciller Pedro López de Ayala (1332-1407), autor de las Crónicas de los reinados de Pedro I, Enrique II, Juan I y parte del de Enrique III, que se caracterizan por la imparcialidad con que el autor trata a los personajes y a los acontecimientos.
Del siglo xv tenemos la Crónica de Juan II, refundición de la que escribió Alvar García de Santa María (m. 1460). El mismo reinado de Juan II fue historiado por Pedro Carrillo de Huete, cuya crónica fue terminada después de la muerte del Rey y refundida más tarde por Lope Barrientos. La crónica oficial del reinado de Enrique IV la debemos a Diego Enriquez del Castillo.
La producción historiográfica del reinado de Alfonso V de Aragón (1416-58) es muy abundante. Tenemos en primer lugar tres apologías del Rey y de sus hechos, debidas a tres humanistas de su corte: Historiarum Fernandini Regis Aragoniae libri III, de Lorenzo Valla (1407-57); Dicta aut facta memoratu digna, del Panormita (1394-1471); y De viris aevi sui illustribus líber, de Bartolomé Fazio (m. 1497).
De este tiempo tenemos, además, el Dietari, del capellán del Rey; la Historia de'primi Ré delli regni de Napoli e d’Aragona, de Lope de Espejo; y el Sumari de la poblado de Espanya e de les conquestes de Catalunya.
En el reino de Castilla se van sucediendo una serie de recopilaciones generales, como el Sumario de los reyes de España, del Despensero de la reina Doña Leonor, esposa de Juan I; la Crónica de 1464; la Suma de crónicas de España; la Chrónica General de España desde el año de 721 hasta el de 1415; la Genealogía de los godos con la destrucción de España, redactada hacia 1430 y obra de Pedro del Corral, de la que destaca la parte dedicada a Don Rodrigo, conocida y divulgada con el título de Crónica del rey Don Rodrigo o Crónica Sarracina, que presenta ya la contaminación con los libros de caballerías; la Refundición de la Crónica de 1344, hecha en 1440; la Atalaya de las Chronicas, del Arcipreste de Talavera (m. 1470), recopilación hecha con muy buen criterio de selección; la Refundición de la Tercera Crónica, de 1450; el Regum Hispanorum, Romanorum Imperatorum, Summorum Pontificum, necnon Regum Francorum, anacephaleosis, de Alfonso de Cartagena (m. 1456); la Cuarta Crónica General, última refundición de la Primera Crónica General de Alfonso el Sabio; una Refundición del Sumario del Despensero; la Historia Hispánica, de Rodrigo Sánchez de Arévalo (1404-70); los Anales, de Garci Sánchez de Sevilla.
La historiografía navarra se abre con la Genealogía Regum Navarrae, que comprende desde Sancho Abarca hasta principios del siglo xv; sigue una crónica debida a Pedro de Valencia y otra de Garci López de Ron-cesvalles, de principios del xv; en 1454 el Príncipe de Viana empieza la redacción de la Crónica de los Reyes de Navarra.
En el reino de Aragón encontramos en este tiempo algunas genealogías de sus reyes en latín y catalán, además del Flos Mundi, de principios del xv, y de las Memorias historiales de Cataluña. La mejor producción historiográfica de este periodo la debemos a las obras: Histories e conquestes deis Reys de Aragó e Comtes de Barcelona, de Pere Tomich (1438); Recort historial de algunas an iquitats de Catalunya, Espanya y Franza, de Gabriel Turell (1476); Memorial e kalendari, de Joan Buada, empezado a redactar en 1473.
Algunas obras de carácter colectivo o individual de este periodo, como las Generaciones y semblanzas de Fernán Pérez de Guzmán, la Crónica de Don Pedro Niño, Conde de Buelna, de Gutierre Diez de Gamez, la Crónica de Don Alvaro de Luna, de Gonzalo Chacón o la anónima Crónica del condestable Iranzo, tienen gran interés porque proporcionan numerosos datos sobre la historia política, militar y social de este periodo.
A fines del siglo xv y principios del xvi se introduce una nueva concepción de la Historia, muy distinta de la que animaba la composición de las crónicas. El nuevo espíritu, junto con una gran conciencia de la unidad hispánica, lo encontramos en los Paralipómenos, obra dedicada a los Reyes Católicos, por su autor, Juan Margarit (1421-84), conocido por el Gerundense. Al mismo espíritu responden algunas obras de Diego de Valera, Hernando del Pulgar, Alfonso de Palencia, Antonio de Nebrija, etc. En catalán debemos recordar las Chròniques de Espanya fins ací no divulgades, de Pere Miquel Carbonell (1434-1517).
Aunque persiste en los siglos posteriores la producción de crónicas, la Crónica General, de Ocampo, la Historia General de España, del P. Mariana y los Anales de la Corona de Aragón, de Zurita, cierran de hecho toda la concepción historiográfica que impulsó la redacción de las crónicas.
Autor: Leandro Alegsa
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Historia de las crónicas españolas: resumen
Nombre: Celia Ramírez - Fecha: 29/02/2024
Hola, estaba buscando información sobre la historia de las crónicas españolas. ¿Podrían proporcionarme un resumen de este tema? Muchas gracias.
RespuestaLas crónicas españolas son un género literario que se caracteriza por relatar los acontecimientos históricos de España de manera detallada y objetiva.
Estas crónicas han sido escritas por diversos autores a lo largo de la historia de España, desde la Edad Media hasta la actualidad.
Algunas de las crónicas más famosas son las Crónicas de los Reyes de Castilla, escritas por Alfonso X el Sabio, y las crónicas de los descubrimientos y conquistas de América, escritas por cronistas como Bernal Díaz del Castillo y Gonzalo Fernández de Oviedo.
Estas crónicas han sido fundamentales para conocer y comprender la historia de España y su papel en el mundo.
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Definición de acontecimiento
Definición de historia -
¿Cuáles son las crónicas españolas más destacadas y qué eventos históricos cubren?
Nombre: Clara Sánchez - Fecha: 29/02/2024
Hola, me gustaría saber cuáles son las crónicas españolas más destacadas y qué eventos históricos cubren. Gracias por su ayuda.
RespuestaAlgunas de las crónicas españolas más destacadas son:
1. "Crónica de España" de Alfonso X el Sabio: Esta crónica abarca desde la creación del mundo hasta la muerte de Alfonso X en 1284. Narra la historia de España desde sus orígenes hasta la Edad Media.
2. "Crónica de los Reyes de Castilla" de Pedro López de Ayala: Escrita en el siglo XV, esta crónica cubre la historia de los reyes de Castilla desde Alfonso X hasta Enrique III.
3. "Crónica del Rey Don Rodrigo" de Juan de Escobar: Esta crónica relata la historia del último rey visigodo de España, Don Rodrigo, y la conquista musulmana de la península ibérica en el año 711.
Estas crónicas abarcan eventos históricos importantes de España, como la Reconquista, la conquista musulmana, la Edad Media y la historia de los reyes de Castilla. Cada una ofrece una visión detallada y objetiva de los hechos que marcaron la historia de España.
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Análisis de crónicas españolas
Usos de crónicas españolas
Se emplea como: sustantivo masculinoCantidad de letras, vocales y consonantes de crónicas españolas
Palabra inversa: saloñapse sacinórcNúmero de letras: 17
Posee un total de 7 vocales: ó i a e a o a
Y un total de 10 consonantes: c r n c s s p ñ l s
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