Flora de América (continente)

1. Este artículo trata sobre la flora del continente americano dividido en dos partes básicas: Norteamérica y Sudamérica.
   
   Norteamérica y Sudamérica comenzaron a desarrollar una población compartida de flora y fauna hace unos 2,5 millones de años, cuando la deriva continental puso en contacto a los dos continentes a través del Istmo de Panamá.
   
   

   Flora de América del Norte

   
   
   La flora de Canadá es bastante diversa, debido a la amplia gama de ecorregiones y condiciones ambientales presentes en Canadá. Desde los bosques templados y cálidos de hoja ancha del sur de Ontario hasta las frígidas llanuras árticas del norte de Canadá, desde los bosques húmedos y templados de la costa oeste hasta los desiertos áridos, badlands y llanuras de tundra, la biodiversidad de las plantas de Canadá es extensa. Alrededor de 4.100 especies de plantas vasculares son nativas de Canadá, y alrededor de 1.200 especies no nativas adicionales se registran como establecidas fuera del cultivo allí.
   
   El norte de Alaska y Canadá, así como las zonas elevadas de las Rocosas son el dominio de la tundra, desprovista de toda vegetación o a lo sumo cubierta de musgos y líquenes.
   
   La región subpolar de América del Norte tiene grandes bosques de coníferas, que también se encuentran en la húmeda costa occidental y en el sur, a lo largo de la costa atlántica y de Florida; en las faldas montañosas de los Apalaches crecen árboles de maderas duras, que dejan paso en las alturas a las coníferas. La zona centro-occidental, las llanuras, están ocupadas por las praderas herbáceas.
   
   California, por su clima mediterráneo, tiene vegetación de ese mismo tipo, con abundancia de matorrales y plantas esteparias.
   
   
   
   Montes Apalaches.
   
   
   Flora de los Estados Unidos
   
   La flora nativa de los Estados Unidos incluye alrededor de 17.000 especies de plantas vasculares, además de decenas de miles de especies adicionales de otras plantas y organismos similares a las plantas como algas, líquenes y otros hongos, y musgos. Alrededor de 3.800 especies adicionales de plantas vasculares no nativas se registran como establecidas fuera del cultivo en los EE.UU., así como un número mucho menor de plantas no nativas y parientes de plantas no vasculares. Estados Unidos posee una de las floras templadas más diversas del mundo, comparable sólo a la de China.
   
   Varios factores biogeográficos contribuyen a la riqueza y diversidad de la flora de Estados Unidos. Mientras que la mayor parte de los Estados Unidos tiene un clima templado, Alaska tiene vastas áreas árticas, la parte sur de Florida es tropical, así como Hawai (incluyendo altas montañas), y las cumbres alpinas están presentes en muchas montañas occidentales, así como en unas pocas en el noreste. La costa de Estados Unidos bordea tres océanos: El Atlántico (y el Golfo de México), el Ártico y el Pacífico. Finalmente, Estados Unidos comparte largas fronteras con Canadá y México, y está relativamente cerca de las Bahamas, Cuba y otras islas del Caribe, y de la parte más oriental de Asia. También hay bosques tropicales y algunos de los desiertos más secos del mundo.
   
   La flora nativa de los Estados Unidos ha proporcionado al mundo un gran número de plantas hortícolas y agrícolas, en su mayoría ornamentales, como el cornejo en flor, el capullo rojo, el laurel de montaña, el ciprés calvo, la magnolia del sur y la langosta negra, todas ellas cultivadas en regiones templadas de todo el mundo, pero también diversas plantas alimenticias como los arándanos, las frambuesas negras, los arándanos, el jarabe de arce y el azúcar y los pacanos, el pino de Monterey y otros árboles maderables.
   
   Algunas de las plantas nativas de Estados Unidos, como Franklinia alatamaha, se han extinguido; otras, como Micranthemum micranthemoides, no se han visto en décadas, pero aún pueden existir. Miles de otras plantas vasculares nativas de EE.UU. se consideran raras, amenazadas o en peligro, ya sea a nivel mundial (en todo el país) o dentro de estados particulares.
   
   
   

   Flora de América del Sur

   
   
   La mayor parte de la vegetación sudamericana es de carácter tropical, aunque en las zonas meridionales del continente presenta los caracteres de las zonas templadas.
   
   Los Andes poseen flora alpina en sus partes más altas.
   
   Para más información leer: Flora y fauna de la Cordillera de Los Andes
   
   
   La cordillera de los Andes en Venezuela: el pico Bolívar - Licencia Imagen
   
   Por la flora y vegetación se pueden distinguir en América del Sur nueve regiones, que se corresponden en general con las zonas climáticas y topográficas.
   
   Las selvas o bosques tropicales ocupan especialmente la cuenca amazónica, los escarpes costeros de las montañas guayano-brasileñas, las hondonadas colombianas del litoral pacífico y las tierras bajas litorales del Atlántico hasta los 30° latitud sur. Son regiones muy ricas en especies vegetales y sus gigantescos árboles apenas permiten una vegetación inferior de interés, salvo en los cursos de los ríos, en que puede penetrar la luz; abundan las epífitas (orquídeas, helechos) y existen árboles de maderas preciosas, tintóreas, medicinales e industriales (caoba, palo de rosa, palo del Brasil, zarzaparrilla, árbol del caucho, etc.), que se explotan poco por estar las distintas especies muy diseminadas.
   
   Las sabanas aparecen en las tierras altas brasileñas, en las bajas del Orinoco y en las zonas costeras de el Ecuador; están formadas por praderas herbáceas, sobre las que existen diseminadas algunas especies de árboles, especialmente palmeras; a orillas de los cursos fluviales se forman bosques en galería.
   
   Las selvas de las costas de El Ecuador y Brasil y de las montañas meridionales de este último son bosques abiertos de pinos, como el del Paraná; especie típica es también, en Brasil meridional y Paraguay, la yerba mate.
   
   Al noreste del Brasil y en el Gran Chaco hace su aparición una selva tropical achaparrada, que en Brasil recibe el nombre de caatinga; los árboles son bajos y apenas diferentes de los arbustos; son casi todas especies de hoja caduca y adaptadas a largas sequías. La especie más característica del Chaco es la palma cerífera.
   
   Los desiertos de Perú y Chile, con su falta de precipitaciones, tienen una vegetación excepcionalmente pobre, con predominio de cactus, acacias y mimosas en el curso de los ríos; en los declives de las montañas se da la loma, tipo de vegetación que se desarrolla como consecuencia de las grandes brumas.
   
   La pampa de las tierras bajas del Paraná está formada por grandes praderas, similares a las de Norteamérica. La porción septentrional marca la transición a la selva; hacia el este la pampa se hace pantanosa y hacia el sur esteparia. Las hierbas anuales cubren el campo y junto a los ríos aparecen bosques bien desarrollados.
   
   La costa central de Chile presenta formaciones de arbustos de tipo mediterráneo, que recuerdan los «maquis» europeos y los chaparrales norteamericanos; el árbol principal es el roble, aunque también hay pinos, acacias y cactus. Las selvas meridionales de Chile se componen de coníferas mezcladas con árboles de hoja caduca, entre los que destaca el haya, que degenera hacia el sur; existen también zonas de musgos y arándanos.
   
   
   Matorral chileno, Licencia de la imagen
   
   La estepa media de Patagonia está constituida por praderas. En el norte hay espesos herbazales, hacia el sur la hierba alterna con líquenes, musgos y arbustos enanos, aptos para ser utilizados como pasto para el ganado.
   
   ♦ Para más información ver: América (continente).
   
   
   

   Resumen: flora del continente americano

   
   
   América del Norte: la flora de América del Norte, espacio en el cual se encuentran los Estados Unidos, Canadá y México, podemos encontrar pino, caoba, cedro, conífera, cactus, agave, en fin, más de 17,000 especies de plantas vasculares y más de 1,800 especies de plantas con flores.
   
   América Central: En América Central la flora está representada por representaciones de especies de América del Norte y de América del Sur, además de especies endémicas y exclusivas del territorio, con más de 44,000 especies de plantas, sus principales especies representadas en la flora son Annona macroprophyllata, Gliricidia sepium, Mammea americana, Manilkara zapota, Pithecellobium dulce, Myrciaria floribunda, pinos, caoba, aguacate, guayaba, tamarindo, palmeras, Guineos, cereza, piñas, Couma macrocarpa, Lepanthes guatemalensis y Tithonia rotundifolia.
   
   El Caribe: En el Mar Caribe donde está ubicada la Isla de La Española (República Dominicana y Haití), Cuba, La Bahamas, Dominica, Granada, Trinidad y Tobago, Puerto Rico, Jamaica, San Martín y otras islas. En cuanto a la flora del Caribe se encuentran especies de árboles y plantas que pasan los más de 13,000 especies distintas, de los que 6,500 son endémicas de la zona, las más conocidas son Olea europaea, el Chrysophyllum cainito, el guayacán, la ceiba, la caoba (Árbol Nacional de la República Dominicana). Originariamente Cuba se encontraba llena de una espesa vegetación, que ha sido degradada para desarrollar la agricultura. No obstante existen muchos programas para el cuidado y mantenimiento de estos bosques, que albergan gran diversidad. Las maderas preciosas de Cuba son muy cotizadas.
   
   América del Sur: En la zona del Sur de América se ubican los Andes y la Costa, la sierra de Perijá y el macizo de Guayana dentro de la cuenca del río Orinoco, las amazonas y Gran Chaco. Esta zona del continente es sumamente rica en floras, cuenta con bosques seco, tropical, templado, árido y húmedos. Las especies más conocidas en Sur América son el alerce, ciprés de la cordillera, ciprés de las guaitecas, el huililahuán, el lleuque, Saxegothaea, y la araucaria, Nothofagus, entre ellos el coigüe, el lenga y el ñire, la Picea, el ciprés, el pino, la ceiba, el yagrumo, el guamo, el caobo, bejucos, especies de bromelias y otras de epifitas. En fin existen más de 44 000 especies de plantas diferentes.
   
   También existen, en las zonas andinas del norte subcontinental (Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela) zonas de páramo que albergan especies vegetales nativas únicas en el mundo (como el frailejón -también conocido como espeletia-, bromeliáceas, criptógamas, arbustos como los sietecueros, helechos y otros, que favorecen la conformación de cuerpos de agua, como lagos y lagunas, que sirven de ricos nacimientos de agua y alimentan cuencas y ríos tan importantes como la del Orinoco y el Amazonas

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