Historia y desarrollo político reciente de Asia

1. La época colonial. Durante siglos, las naciones asiáticas han estado sometidas a sucesivos conquistadores y ha llegado a ser un lugar común de la Historia la docilidad con que aceptaron su servidumbre. Tal pasividad tradicional cesó, sin embargo, a principios del siglo xx o quizá antes. En estos momentos, Asia entera se revuelve en una convulsión social, política y económica. Generalmente, el colonialismo de los países europeos provocó el descontento e incubó el germen del nacionalismo asiático.
   
   Antes de la I Guerra Mundial, la mayor parte de Asia meridional carecía del derecho de autodeterminación. Así, el Cercano Oriente constituía la parte principal del Imperio Otomano; la India, Birmania, Malasia, parte de Borneo y otros puntos pequeños, pero estratégicos, estaban gobernados por los británicos; los franceses poseían Indochina; la mayoría de las Indias orientales eran colonias holandesas; las Filipinas estaban ocupadas por los Estados Unidos; Corea y Formosa integraban el Imperio Japonés; China poseía una independencia nominal, sujeta como estaba a demandas extraterritoriales por parte del Japón y de los países occidentales, que además detentaban importantes zonas estratégicas y comerciales.
   
   La I Guerra Mundial determinó multitud de cambios políticos en Asia y sumió en el caos al Próximo Oriente- El Imperio Otomano fue destruido y de sus ruinas surgieron nuevas naciones árabes independientes, que inesperadamente robustecieron y unificaron más a Turquía. Estos fueron los primeros cambios drásticos que experimentó el mapa político del continente asiático en los umbrales del siglo xx.
   
   Sin embargo, las nuevas naciones asiáticas pronto comprobaron que la independencia no era ninguna panacea económica. Muy al contrario, pues Birmania e Indonesia viéronse sacudidas por una anarquía casi total en gran parte de su territorio. En muchos aspectos, las condiciones materiales de vida eran inferiores a las de antes de la independencia, pero las masas no añoraban el viejo orden extinguido, pues la autonomía satisfacía sus anhelos emocionales y nacionalistas que trascendían consideraciones de tipo práctico. China, India, Pakistán, Indonesia y Birmania no desempeñaban ya en el escenario político el papel de países sojuzgados, sino de potencias mundiales con voz y voto en el concierto de las naciones.
   
   El perfeccionamiento de los medios de comunicación y sistemas educativos provocaron un intercambio de ideas sin precedentes y contribuyeron a la difusión de nuevas teorías políticas y económicas. La extensión superficial de la educación engendró una pseudo-in-telectualidad descontenta que no encajaba en la estructura colonial de la política y la sociedad. Los ultraconservadores conceptos religiosos y sociales se quebraron gradualmente bajo el influjo de la legislación colonial y de los principios modernos, que comprendían avances radicales como la emancipación de la mujer. Nuevos incentivos económicos como la electricidad, agua corriente, objetos manufacturados, han persuadido a los asiáticos a remplazar su vieja economía tradicional por nuevos patrones de vida con nuevas necesidades y nuevas comodidades. La creciente oposición asiática a la sumisión colonial y el resentimiento contra la discriminación racial son algunos de los factores que han preparado a los orientales social, económica y políticamente para una nueva forma de vida.
   
   
   Segunda Guerra Mundial. Esta aumentó la inquietud ya existente. Gran parte de Asia se vio envuelta en la lucha. Las naciones coloniales sufrieron grave quebranto en su influencia y, para ganar simpatías a la causa de la guerra, prometieron reformas a los países sometidos. Así, la reorganización política subsiguiente a la guerra fue determinada por los nuevos sentimientos nacionalistas de los pueblos asiáticos. China, en la que Japón había puesto pie desde el principio de siglo, pudo reunificarse con la incorporación de Manchuria (ocupada por Japón en 1931) y de Formosa (cedida al Japón en 1895) y con la liberación de sus provincias orientales de la ocupación japonesa. Mongolia, antigua provincia china, proclamó su independencia en 1921 y permaneció nominalmente autónoma, aunque subordinada en realidad a la URSS. En 1947, la India y el Pakistán recabaron su independencia completa, como lo hizo Ceilán al año siguiente; los tres países se integran en la Comunidad de Naciones Británicas. También en 1947 recibió Birmania su autonomía, rompiendo todo lazo con la unión británica. La creación del Estado de Israel en 1948 como república soberana independiente colmó las esperanzas largo tiempo acariciadas por el pueblo judío. Tras larga lucha Holanda transfirió en 1948 la soberanía a la nueva república de Indonesia. Corea, sometida al imperio nipón desde la guerra ruso-japonesa en 1904-05, fue ocupada por fuerzas norteamericanas y soviéticas en 1945 y dividida por su paralelo 38 entre las dos fuerzas ocupantes. No se llegó a un acuerdo sobre la situación definitiva del país y en 1950 se produjo una explosión que convirtió a Corea en campo de batalla internacional, reduciendo el país a ruinas.
   
   Para más información ver: asia.

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