Libros de La Biblia (resumen)

1. La ley (Pentateuco, Tora)
   
   - Génesis. Historia de la creación y el hombre hasta la vocación de Abraham y de la familia de éste hasta la muerte de José en Egipto. Compilado después del 586 a. de J.C.
   
   - Éxodo. Huida que de Egipto emprendió el pueblo de Israel, sus experiencias en el desierto, el decálogo, la construcción del Tabernáculo, los inicios del sistema ritual. Compilado después del 586 a. de J.C.
   
   - Levítico. Establecimiento de Israel en Sinaí; ley ceremonial. Compilado después del 586 a. de J.C.
   
   - Números. Treinta y ocho años de permanencia en el desierto, en los lindes de la Tierra Prometida; censo del pueblo; leyes adicionales. Después del 586 a. de J.C.
   
   - Deuteronomio. Cuatro discursos en que Moisés se despide de su pueblo; revisión de la Ley y exhortación al amor de Dios mediante el cumplimiento de ésta; muerte de Moisés en la tierra de Moab. Escrito antes del 621 a. de J.C.
   
   
   Libros Históricos
   
   - Josué. Conquista de Canaán por Josué y división del país entre las tribus. Escrito después del 444 a. de J.C.
   
   - Jueces. Consumación gradual de la conquista y repetidos levantamientos liberadores de caudillos y jueces judíos contra sus enemigos durante un periodo de 200 a 400 años. Forma definitiva, probablemente 400 a. de J.C.
   
   - Rut. Idílica historia del tiempo de los Jueces. Escrita después del 586 a. de J.C.
   
   - I y II Reyes (también, I y II Samuel). Final del periodo de los jueces con Samuel, fundación de la monarquía, reinados de Saúl y David. Forma definitiva, después del 586 a. de J.C.
   
   - III y IV Reyes (también I y II Reyes). Reinado de Salomón, división de la nación en los dos reinos de Israel (reino del Norte) y Judá (reino del Sur) e historia de ambos hasta el cautiverio. Forma definitiva, hacia el 550 a. de J.C.
   
   - I y II Paralipómenos o Crónicas. Genealogías de patriarcas, reyes, sacerdotes y otros, historia de David y Salomón y de los reyes de Judá hasta el cautiverio. Probablemente hacia el 300 a. de J.C.
   
   - I Esdras. Primer regreso del exilio en Babilonia y construcción del Templo; segundo regreso medio siglo más tarde. Probablemente hacia el 300 a. de J.C.
   
   - II Esdras o Nehemías. Continuación de la historia del segundo regreso de Babilonia, reconstrucción de la ciudad y las murallas y restauración de la pureza y moral de la nación. Después del 336 a. de J.C.
   
   
   Antiguo Testamento
   
   
   - Ester. Historia de la comunidad judía en Persia que narra cómo Ester, consorte del rey Asuero, salvó a su pueblo de la destrucción. La historia aparece vinculada a la Fiesta de los Purim. Probablemente siglo 11 a. de J.C.
   
   
   Libros Sepenciales
   
   
   - Job. Discusión del problema del mal y relación entre el sufrimiento y el pecado, planteadas en la historia de Job; su paciencia en el infortunio y su recuperación final de la salud y la prosperidad. Hacia 586 a. de J.C.
   
   Salmos. Colección de 150 cantos sagrados, algunos probablemente de David, otros anteriores, contemporáneos y posteriores al Exilio; contiene algunos de los más sublimes fragmentos de la literatura religiosa universal. Compilado probablemente en el siglo 11 a. de J.C.
   
   - Proverbios. Colección de máximas sapienciales en un estilo característico del Oriente semítico; aunque tradicionalmente se atribuyen a Salomón, fueron escritos en su tiempo y durante el Exilio y compilados probablemente entre el 350 y 150 a. de J.C.
   
   - Eclesiastés. Filosofía pesimista de la existencia, aunque iluminada a ratos por resplandores de fe y esperanza; uno de los últimos libros del Antiguo Testamento, probablemente del siglo iv a. de J.C.
   
   - Cantar de los cantares. Serie de idílicos cantos amorosos que a veces revisten forma teatral; interpretado tradicionalmente como alegoría del amor de Cristo por la Iglesia compuesto quizá en el siglo iii a. de J.C.
   
   
   Libros proféticos
   
   (profetas Mayores son tradicionalmente Isaías, Jeremías, Ezequiel y a veces Daniel; por Profetas Menores se entienden los doce últimos a partir de Oseas.)
   
   
   - Isaías. Capítulos 1-39, mensajes de advertencia y orientación a Judá en un tiempo en que la nación se veía en peligro de ser atacada (740-701 a. de J.C.); capítulos 40-66, confortación y aliento a Judá en el Exilio (hacia el 539 a. de J.C.) y visión del destino mesiánico de la nación (escrito probablemente hacia el 450 a. de J.C.).
   
   - Jeremías. Mensajes de advertencia a lo largo de los 40 años anteriores a la destrucción de Israel (586 a. de J.C.).
   
   - Lamentaciones. Cinco trenos, que constituyen cada uno un acróstico alfabético en hebreo y describen y lamentan la destrucción de Jerusalén. Atribuidos a Jeremías en los Setenta y la Vulgata, pero no el texto hebreo. De 586 a 538 a. de J.C.
   
   - Ezequiel. El profeta, deportado a Babilonia por el ejército de Nabucodonosor,
   
   exhorta a su pueblo al arrepentimiento, anuncia el castigo divino que recaerá sobre él y las naciones gentiles y predice la restauración de Israel y el Templo. Escrito en 593-571 a. de J.C.
   
   - Daniel. Historia de Daniel y sus visiones proféticas; apocalipsis escrito en el periodo macabeo (165 a. de J.C.) y, como es común en este género literario, vaticinios y mensajes atribuidos a un personaje del remoto pasado.
   
   - Oseas. Mensaje del amor y misericordia de Dios hacia su pueblo infiel, ilustrado por el propio amor y perdón del profeta hacia una esposa infiel. Escrito en 746-735 a. de J.C.
   
   - Joel. Aviso de invasiones, promesa de bendiciones y efusión del espíritu divino sobre la carne, juicio sobre los paganos, pero supervivencia de Judá. Hacia el 400 a. de J.C.
   
   - Amos. El profeta anuncia el juicio divino contra las naciones vecinas, denuncia luego los pecados de Israel, especialmente el lujo del rico y la opresión de los pobres. Escrito hacia el 750 a. de J.C. Amos, pastor de oficio en Tecua, Judá, fue quizá el primero de los profetas escritores.
   
   - Abdías. Edom será destruido e Israel volverá triunfante a ocupar su territorio. El libro contiene sólo 21 versículos, 7 de los cuales se repiten en Jeremías. Escrito probablemente después del 586 a. de J.C.
   
   - Jonás. Ni profecía ni historia, sino un relato de la vida del profeta enviado a predicar el arrepentimiento en Nínive donde se muestra la misericordia de Dios para con los gentiles. Probablemente hacia el 300 a. de J.C.
   
   - Miqueas. Uno de los más grandes «profetas menores». Después de varias advertencias y promesas a Israel y Judá define la religión como «obrar en justicia, amar el bien, humillarse en la presencia de Dios». Escrito hacia 721 -701 a. de J.C.
   
   - Nahum. Predicción del castigo de Nínive y oda sobre la destrucción de esta ciudad impía. Probablemente hacia 626-607 a. de J.C.
   
   - Habacuc. Apelación a Dios para que salve a su pueblo y exhortación a éste para que enmiende su idolatría; termina con una gran plegaria (o canto triunfal) de gratitud y esperanza. Hacia el 625 a. de J.C. o más tarde.
   
   - Sofonías. Denuncia de la idolatría (poco antes de la reforma de Josías), exhortación al arrepentimiento para evitar el juicio divino que recaerá sobre las naciones impías, promesa de restauración a Sión tras el castigo. Hacia el 625 a, de J.C.
   
   - Ageo. El profeta, al volver del cautiverio, exhorta a los judíos la reconstrucción del Templo; 520 a. de J.C.
   
   - Zacarías. Visiones y profecías en que (como Ageo) exhorta a la reedificación del santuario nacional y vaticinio de la independencia y grandeza futuras de Judá; 520 a. de J.C. y más tarde.
   
   - Malaquías. Reprensión a los sacerdotes infieles, denuncia de los matrimonios con mujeres extranjeras, el divorcio y el olvido de diezmos y ofrendas; promesa de la venida de Elias antes del «día grande y terrible del Señor». Probablemente hacia el 435 a. de J.C.
   
   
   Libros Deuterocanónicos
   
   (de estas obras de la postrera literatura judía, que no aparecen incluidas en el canon hebreo, no se tiene la versión original sino la griega, excepto el II de Esdras, cuyo único texto existente está en latín. La Iglesia Católica no los incluye como sección aparte, sino que los intercala o incorpora a los otros libros por encontrarse en los Setenta y en la Vulgata. Los protestantes los consideran edificantes pero no canónicos y o bien los omiten en su Biblia o los colocan en sección aparte.)
   
   
   - III de Esdras. Historia más extensa y, en parte, más imaginativa que la del Libro de Esdras. Escrito en Egipto hacia el 150 a. de J.C. (No se encuentra en la Biblia católica; el I de Esdras del canon católico es el Ezra de la Biblia protestante.)
   
   -IV de Esdras. Este libro consiste esencialmente en una colección de revelaciones o apocalipsis que data de los siglos i y ii d. de J.C. En el 250 de nuestra Era se añadieron una introducción y una conclusión cristianas para mostrar que la Iglesia era ahora heredera de las promesas perdidas por Israel. (Este libro no aparece en la Biblia católica; el II de Esdras del canon católico es el Nehemías de la Biblia protestante.)
   
   Tobías. Historia de Tobías o Tobit, modelo de piedad israelita, que, llevado en cautividad a Nínive, se mantuvo fiel a la ley divina, y de su hijo Tobías, a quien se reveló el ángel Rafael. Escrito en Egipto hacia el 200 a. de J.C.
   
   Judit. Historia que cuenta la liberación de Israel de sus sitiadores asirios por el valor e inteligencia de la heroína Judit, hermosa y joven viuda, y por su estricta observancia de la ley ritual. Hacia el 63 a. de J.C.
   
   Sabiduría (llamado en la Biblia griega Sabiduría de Salomón). Doctrinas y exhortaciones, semejantes en su forma a los proverbios, encaminadas a alentar a los judíos, mantener su fe e ideales éticos y cultivar la virtud por medio de la sabiduría. Escrito probablemente en Egipto entre el 50 a. de J.C. y el 40 d. de J.C.
   
   Eclesiástico. Libro de proverbios escrito originariamente en hebreo por un judío de Jerusalén (siglo ii a. de J.C.). Representa un nexo entre la primitiva literatura sapiencial hebrea y las obras posteriores afectadas por la influencia griega.
   
   Baruc. Interpretación religiosa de la destrucción de Jerusalén por los romanos (70 d. de J.C.) y mensaje de esperanza a los afligidos judíos. Las palabras son puestas en boca de Baruc, discípulo fiel de Jeremías, profeta que 600 años antes hubo de enfrentarse a una situación análoga. Escrito hacia 70-100 d. de J.C.
   
   - I de los Macabeos. Historia de la sublevación de los judíos contra Antíoco Epífanes (siglo ii a. de J.C.) bajo el caudillaje de Judas Macabeo y sus hermanos Jonatán y Simón. Desde el punto de vista saduceo constituye una defensa vigorosamente patriótica de las aspiraciones tanto políticas como religiosas de la nación
   
   judía. Escrito poco después del 100 a. de J.C.
   
   - II de los Macabeos. No es propiamente una continuación del anterior, sino otro libro sobre la primera y triunfante parte del mismo alzamiento macabeo, relatado desde el ángulo fariseo. Tiene por punto culminante la derrota del ejército de Antíoco por Judas Macabeo y su reedificación del Templo. Escrito a principios del siglo i a. de J.C.
   
   Adiciones al Libro de Ester. Seis pasajes escritos en Egipto hacia el 100 a. de J.C., medio siglo más tarde que el Libro de Ester, para incorporar al original un matiz religioso de que carecía.
   
   La oración de los tres mancebos. Esta y la siguiente son dos adiciones griegas al texto original del Libro de Daniel. La Oración, prolongación de la historia de los tres hebreos en el horno ardiente, encierra la plegaria de Azarías y el cántico de los tres. Hacia 165 a. de J.C.
   
   - Historia de Susana. Esta historia, escrita en griego hacia el 100 a. de J.C. e inserta como apéndice en el Libro de Daniel, apunta la necesidad de alterar la ley para castigar con mayor severidad a los testigos perjuros. El joven Daniel destruye el testimonio de dos falsos testigos interrogándolos por separado.
   
   - Historia de Bel y el Dragón. Dos historias escritas en Alejandría hacia el 100 a. de J.C. para vigorizar la resistencia judía al culto y costumbres paganos. En ambas es el héroe Daniel. La primera cuenta cómo los pretendidos milagros del ídolo Bel resultaron un engaño de los sacerdotes. La historia del «Dragón», serpiente a quien se rendía culto, representa una variante de la historia de Daniel en el foso de los leones. Ambas forman el último capítulo del Libro de Daniel en la Biblia católica.
   
   
   Nuevo Testamento
   
   
   Los Evangelios
   
   
   - San Mateo. Vida y doctrina de Jesús, que comienza con su genealogía desde Abraham pasando por David, narra su infancia, evidencia el cumplimiento de la profecía del Antiguo Testamento al presentar al Nazareno como el Mesías anunciado y concluye con su resurrección y el mandato que dio a sus discípulos: «Id, pues, enseñad a todas las gentes». Su autor fue el Apóstol San Mateo, publicano que, como fuente, utilizó el Evangelio de San Marcos y las palabras de Jesús. Escrito hacia el 68-75 d. de J.C.
   
   - San Marcos. Este Evangelio, el más antiguo y breve, comienza con el bautismo de Jesús y narra sus hechos más bien que repite sus palabras. Escrito poco antes del 75 d. de J.C. para los cristianos de habla griega por el discípulo de los Apóstoles, Juan, de sobrenombre Marcos, compañero e intérprete de San Pedro.
   
   - San Lucas. Remonta la genealogía de Jesús hasta Adán, brinda un completísimo relato de su infancia e insiste en la ternura y compasión humanas de Jesús. Escrito después del 60 d. de J.C., por Lucas médico griego, compañero de San Pablo, que se sirvió del Evangelio de San Marcos y otras fuentes. Los Evangelios de San Mateo, San Marcos y San Lucas reciben el nombre de sinópticos por el paralelismo y reciprocidad que poseen.
   
   - San Juan. Llamado también el Cuarto Evangelio por no tenerse una absoluta certeza sobre la identidad de su autor, aunque se atribuye tradicionalmente al apóstol San Juan. Suponiendo que los lectores conocen ya el texto de los otros Evangelios, omite buena parte de los datos que éstos encierran y brinda otros muchos que omiten. Su fin queda resumido en la frase «para que creáis que Jesús es el Mesías, Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su Nombre» (20:31).
   
   
   Historia de la Iglesia Primitiva
   
   
   - Hechos de los Apóstoles. Comienzo y desarrollo de la Iglesia, primero en Judea, donde es San Pedro figura principal, y luego en el mundo gentil, a través de los viajes misionales de San Pablo. Escrito por San Lucas hacia el 85 d. de J.C. como secuencia de su Evangelio.
   
   
   Epístolas
   
   
   - A los romanos. Escrita probablemente desde Gorinto hacia el 56 d. de J.C. por San Pablo a la Iglesia de Roma, compuesta a la sazón de judíos y gentiles convertidos. Considerada «primera gran obra de la teología cristiana», esta epístola expone la doctrina de la justificación por la fe y da consejos prácticos para la vida cristiana.
   
   - I a los corintios. Escrita hacia el 55 d. de J.C. por San Pablo desde Efeso a la iglesia de Corinto, que él mismo había fundado, para corregir sus errores morales y doctrinales, atajar las crecientes disensiones, probar que el amor constituye el mayor de los dones y dar testimonio de la Resurrección.
   
   - II a los corintios. Un año más tarde, probablemente a continuación de otra epístola de severa censura, San Pablo escribió para manifestar su regocijo por el arrepentimiento de los conversos, justificar su apostolado, advertir contra la inmoralidad y exhortar al «socorro en favor de los santos de Jerusalén».
   
   - A los gálatas. Alarmado San Pablo porque ciertos predicadores judaizantes exponían a los cristianos de Galacia, Asia Menor, la necesidad de la ley mosaica para salvarse, escribió hacia el 50 d. de J.C. estableciendo claramente por vez primera su doctrina sobre la justificación por la fe en Cristo.
   
   - A los efesios. Enseñanzas doctrinales, especialmente sobre la unión de los cristianos con Cristo, y exhortaciones morales dirigidas a las iglesias de Efeso por San Pablo durante su prisión en Roma hacia el 61 d. de J.C.
   
   - A los filipenses. Escrita probablemente hacia el 61 d. de J.C. durante su prisión en Roma por San Pablo, que la dirigió a la iglesia de Filipos, la primera que fundó en Europa, para agradecer al pueblo el envío del filipense Epafrodito con el oportuno socorro, advertirle contra los judaizantes y exhortarle a llevar una vida digna del creyente.
   
   - A los golosenses. Carta encaminada a contrarrestar una herejía oriental, posiblemente una forma de agnosticismo, que se había infiltrado en la iglesia de Colosas (Asia Menor); Pablo antepone a la herejía la dignidad y preexistencia de Cristo. Escrita en prisión, probablemente en Roma hacia el 61 d. de J.C.
   
   - I a los tesalonicenses. Esta epístola, la más antigua de San Pablo y el libro más antiguo del Nuevo Testamento, es un cálido mensaje personal a la iglesia que fundara en Tesalónica (hoy Salónica). En ella previene el Apóstol a los cristianos contra quienes predican la parusía o segunda venida del Señor y les exhorta a cultivar la diligencia en su trabajo. Escrita en Corinto hacia el 51 d. de J.C.
   
   - II a los tesalonicenses. En el mismo año escribe de nuevo Pablo a los cristianos de Tesalónica para explicarles por qué no ha de esperarse inmediatamente la parusía.
   
   - I a Timoteo. Esta y las dos siguientes son «epístolas pastorales» escritas a los colaboradores en el gobierno de las iglesias. Timoteo, joven converso de San Pablo que había estado con él en Roma y gobernaba a la sazón la iglesia de Efeso, es instruido por el apóstol de cómo ha de conducirse en lo que a sí mismo toca, de cómo debe mantener la fe entre los fieles y de cómo ha de administrar la iglesia. Hacia el 63 d. de J.C.
   
   - II a Timoteo. Durante su segunda y última prisión en Roma, hacia el 64 d. de J.C., escribe nuevamente San Pablo a Timoteo exhortándole a la fidelidad, previniéndole contra los falsos doctores y llamándole a Roma.
   
   - A Tito. Breves instrucciones sobre la doctrina, moral y organización de la Iglesia, escrita al parecer por San Pablo hacia el 64 d. de J.C. a Tito, cristiano de origen gentil, a quien el Apóstol había encomendado el gobierno de las iglesias de Creta.
   
   - A Filemón. Breve carta escrita en Roma hacia el 61 d. de J.C. por San Pablo a Filemón, cristiano de Colosas, cuyo esclavo fugitivo, Onésimo, llegado a Roma, había sido convertido a la fe por el Apóstol durante su prisión. San Pablo le devuelve a su señor y pide a éste que trate a Onésimo como hermano suyo que es en Cristo.
   
   - A los hebreos. Carta dirigida a los cristianos judíos, algunos de los cuales pretendían practicar a la vez el culto cristiano y la ley mosaica; el autor presenta a Jesús como el verdadero sumo sacerdote y último mediador entre el Padre y los hombres. Se ignora el nombre de su autor, aunque puede afirmarse casi con certeza que no fue San Pablo. Escrita probablemente hacia el 90 d. de J.C.
   
   - Santiago. Esta epístola y las seis siguientes reciben el nombre de «católicas» o «generales» por estar dirigidas a la Iglesia toda; más que cartas son breves tratados. Santiago insiste en la necesidad de llevar
   
   una vida de pureza y caridad: «Así también la fe, si no tiene obras, es de suyo muerta» (2:17). «La religión pura e inmaculada ante Dios Padre es visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones y conservarse sin mancha del mundo» (1:27). Se cree que fue escrita en Jerusalén hacia el 63 d. de J.C. por Santiago o Jacobo, «hermano» de Jesús.
   
   - I de San Pedro. Tiene por fin dar aliento a los cristianos, especialmente a los de Asia Menor, para que sufran alegremente las persecuciones que, según el Apóstol, se desencadenarán pronto sobre ellos. Escrita por San Pedro a poco de morir San Pablo (64 d. de J.C.) o, más tarde, por algún otro autor.
   
   - II de San Pedro. Casi con toda certeza no se debe a San Pedro sino a un autor desconocido de los años 100-150 d. de J.C. Previene a los cristianos contra los falsos doctores y los exhorta a defender su fe.
   
   - I, II, III de San Juan. Escritas hacia el 100 d. de J.C. por un «presbítero», posible autor del Cuarto Evangelio. La I previene contra los «falsos profetas» y recuerda a los lectores que «Dios es amor». La II, más corta y a manera de billete, va dirigida a «la señora Electa y a sus hijos» (tal vez la Iglesia) e in
   
   siste sobre los mismos temas. La III, tan corta como la anterior, va destinada a un cierto Gayo y censura en ella la conducta de Diotrefes, arrogante funcionario de la Iglesia.
   
   San Judas. La tradición atribuye a Judas Tadeo, uno de los «hermanos» de Jesús, la paternidad de esta epístola, escrita probablemente después del 90 d. de J.C. Constituye una advertencia contra la apostasía, los falsos doctores y las influencias dañosas; su único capítulo finaliza con una magnífica bendición.
   
   
   - Apocalipsis
   
   El apocalipsis de San Juan (La revelación de San Juan en la Biblia protestante). Tras algunos mensajes de reconvención y recomendación a las siete iglesias de Asia, el libro se convierte en una serie de visiones del género apocalíptico que describen las pruebas, calamidades, juicios y triunfos venideros. Escrito en tiempo de persecución, probablemente en la época de Domiciano, es un mensaje críptico de aliento a los fieles en un lenguaje incomprensible para sus enemigos. El autor es «Juan», pero, si se le identifica con la persona del apóstol, el Cuarto Evangelio ha de atribuirse a otro escritor. Hacia el 96 d. de J.C.
   
   Para más información ver: biblia.

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