Métodos de contabilidad

1. El rayado y división clásicos de los libros de Contabilidad han sido objeto de ingeniosos estudios encaminados por una parte a simplificar la teneduría de libros y por otra a facilitar la obtención de datos. Entre los procedimientos más utilizados figuran el método Logismográfico, utilizado en algunas contabilidades administrativas, que emplea un diario en el que se reúnen las cuentas del propietario (Desarrollo A) y las de los agentes o consignatarios (Desarrollo B) bajo el título común de balance patrimonial. Cada desarrollo va subdividido en columnas referentes a número de los asientos, debe, haber, metálico, cuentas generales, etc. El procedimiento, extraordinariamente complejo, obliga a duplicar asientos, por lo que ha sido abandonado casi por completo.
   
   
   El método de Diario-Mayor utiliza un solo libro dividido en una serie de columnas dobles, cada una de las cuales corresponde a una cuenta. Cada asiento ocupa una línea horizontal y se practica anotando los cargos en las columnas deudoras de las cuentas correspondientes y los abonos en las columnas acreedoras de las cuentas que hayan de figurar en el haber. Para practicar un balance hasta totalizar todas las columnas.
   
   
   El procedimiento presenta dos ventajas indudables: simplifica las operaciones de registro y evita el duplicar las anotaciones en el debe y en el haber; pero también ofrece un considerable inconveniente: limita el número de cuentas que pueden intervenir, ya que, por mucha amplitud que se dé a los libros empleados, nunca podrán utilizarse arriba de quince o veinte cuentas como máximo. Cierto es que en contabilidad se tiende a la integración de elementos similares en cuentas únicas, pero también es verdad que, si dicha integración resulta excesiva, el procedimiento contable falta a sus fines fundamentales.
   
   
   El método de Diario-Mayor-Balance consiste en utilizar un libro de diario corriente, a cuya derecha se añaden nueve columnas dobles correspondientes a las más importantes agrupaciones patrimoniales: Disponible, Realizable a Corto, Realizable a Largo, Inmovilizado, Resultados, Cuentas de Orden, Exigible a Corto, Exigible a Largo y No Exigible.
   
   
   Las operaciones que se registran con este procedimiento motivan un asiento normal en el diario y además una anotación en las columnas de grupos patrimoniales que indiquen la variación que éstos han experimentado como consecuencia de la operación. Este método tiene como principal ventaja la de proporcionar valiosísimos datos financieros, que pueden obtenerse en todo momento sin más que observar las variaciones de las columnas. En realidad, no presenta inconvenientes de ningún tipo salvo el de exigir un pequeño trabajo adicional, pero en la práctica se presta tan poca atención a la interrelación entre las masas patrimoniales que este procedimiento apenas se utiliza.
   
   
   Otros métodos contables tienden a simplificar las operaciones en tal forma que incluso personas que desconozcan la teoría contable pueden aprender en breve plazo a registrar las operaciones realizadas. Estos métodos son muchos y muy variados; entre los más conocidos figura el Sistorg, que utiliza para las cuentas una clasificación decimal en la que las cuentas principales son: Capital y Reservas, Resultados, Caja y Bancos, Personales deudoras, Personas acreedoras, Personales varias, Compras, Costos, Ventas y Bienes e Inversiones. El procedimiento funciona como sigue: consta de tres grupos de elementos:
   
   
   1) un fichero para las cuentas individuales;
   
   2) cuatro diarios auxiliares: Caja, Bancos, Compras, Ventas;
   
   3) un Diario-Mayor central.
   
   
   Las anotaciones contables se realizan en los cuatro diarios auxiliares según la índole de la operación; un rayado adecuado y sencillo simplifica el paso de estas anotaciones al fichero de cuentas individuales, operación que se realiza diariamente. Una vez al mes todas las operaciones realizadas se centralizan en el Diario-Mayor. Completan el sistema unas hojas de balance anuales y unos índices analíticos que facilitan la clasificación de las cuentas. Otro procedimiento también muy utilizado es el Mercator. En éste los asientos se pasan a. máquina sobre una hoja (original y copia), dividida en cinco apartados: Fecha, Cuenta auxiliar y Concepto, Debe, Haber, Cuenta general.
   
   
   Consignadas en este impreso todas las operaciones parciales, se pasan a una hoja totalizadora los cargos y abonos realizados a cada cuenta general. Una vez efectuada esta operación, la copia, obtenida con papel carbón copiativo, se pasa mediante una prensa al diario oficial; el original es despiezado por una máquina que separa en tiras independientes cada una de las operaciones de cargo y abono. Estas tiras se pegan a fichas u hojas que constituyen los libros auxiliares.
   
   Para más información ver: contabilidad.

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