Significado de «pluma de agua»

1. Antigua unidad de medida, que su uso se remonta a tiempos medievales, que sirve para aforar o medir las aguas y cuya equivalencia varía mucho según los países.
   
   Específicamente se emplea para medir cantidad de agua que lleva una corriente en una determinada unidad de tiempo. En España equivale a un gasto de 0,025 litros de agua por segundo; de todas maneras la medida era poco precisa y variaba de localidad en localidad.
   
   La pluma de agua era una herramienta utilizada en la medición y control de recursos hídricos, especialmente en el ámbito de la ingeniería hidráulica y la gestión de aguas. El caudal se medía con un plumero que incorporaba un juego de orificios calibrados.
   
   La medición del caudal de un río, arroyo o canal es fundamental para comprender su comportamiento hidrológico, evaluar su capacidad para abastecer demandas humanas y ecosistémicas, y prevenir posibles inundaciones o escasez de agua.
   
   Desde hace mucho tiempo, se ha utilizado la pluma de agua como un dispositivo para medir y regular el flujo de agua, especialmente para el abastecimiento.
   
   Cada abonado tenía su propio control de agua a través de estas plumas, las cuales eran reguladas según lo que pagaban. Un "plumero", con orificios específicos para medir los litros de agua acordados en cada hogar, se utilizaba para controlar estas plumas.
   
   A pesar de que era un sistema antiguo, tenía la desventaja de desperdiciar el agua que sobraba cuando el depósito del abonado estaba lleno. Cada orificio en la pluma tenía un flujo determinado, indicado en la misma placa, y mediante tapones se ajustaba el plumero para calcular los litros o metros cúbicos suministrados y así saber cuánta agua podían usar para sus necesidades.
   
   Además, se llevaban a cabo trucos para manipular las plumas de agua, al igual que ocurre en la actualidad con los contadores. Estos trucos consistían en limar los tubos para permitir que pasara más agua hasta que un funcionario lo descubriera al tomar las medidas.
   
   Este sistema era muy común en Cataluña hasta hace poco tiempo. Cada pueblo tenía su propia "ploma d'aigua", como Mataró, Barcelona, Igualada, entre otros.
   
   El agua tratada se conducía a través de tuberías y, por gravedad, se elevaba hasta llegar a las torres o "plomeros" que distribuían el agua y controlaban la cantidad que cada cliente de la compañía debía recibir.
   
   La medida de agua se denominaba "ploma de peu", que en Terrassa equivalía a un flujo de 2.000 litros diarios, una medida tradicional catalana que se originaba en el flujo de agua que podía pasar durante un día a través de un orificio con un diámetro equivalente al de la caña de una pluma de ave.
   
   Ejemplo de uso: "Por cada pluma de agua concedida á particulares para usos domésticos, y pura su comodidad,- lujo y recreo, se contribuirá, al formalizarse el título de pertenencia, con mil reales vellon, que serán ingreso estraordinario á fondos de propios", Reglamento para la administración y disfrute de las aguas..., Ayuntamiento Constitucional de Reus - 1858

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