Topografía y geología de Colombia: regiones

1. En Colombia, por razón del relieve, se distinguen de O a E las siguientes regiones:
   
   
   1) Cordillera Litoral o Serranía de Baudó, extendida entre los 4 y 8o de latitud norte, desde el río San Juan a la frontera panameña. De dirección meridiana y poco conocida, presenta altitudes inferiores a 1800 m y forma dos cadenas, separadas por el río Baudó. Una brecha tectónica, recorrida en sentido inverso por el Atrato (hacia el N) y el San Juan (hacia el S) separa la Serranía de la cordillera Occidental andina. El clima húmedo y malsano ha retraído a la población en el valle del Atrato, de escasa significación por ello como vía de tráfico. El resto de la región costera se compone de aluviones acumulados por los ríos que descienden de la cordillera Occidental. En conjunto toda esta zona litoral del Pacífico es de clima húmedo, vegetación selvática y aislamiento con el interior de Colombia; los puertos de Buenaventura y Tumaco dan, sin embargo, salida a productos tan importantes como el café, oro, pieles y caucho.
   
   
   2) Cordillera Occidental. Se inicia por el S en el volcán de Chiles (4780 m) y culmina un poco más al N en el Nevado de Cumbal (4890 m). Si bien existen otras alturas superiores a los 4000 m, la altitud media oscila entre los 3000 y 3500, con cerros como los de Mun-chique, Caramata, Páramo Fontino y Paramillo (3960 m) en el que la cordillera se ramifica y da origen a las serranías de Ayapel, San Jerónimo y Abibe, que avanzan bastante más al norte.
   
   
   3) Altas cuencas del Sur. Las más importantes —Pasto, Almaguer y Popayán— se pueden considerar como continuación de las que, más al S, se forman en Ecuador. Están bordeadas por montañas en las que se elevan volcanes y que los ríos han de tajar para abrirse paso hacia el lecho común del río Patía; sólo la cuenca de Popayán tiene desagüe hacia el N por tributarios del Cauca. Las cordilleras que forman el marco de esas cuencas están formadas: la Oriental por pizarras cristalinas y la Occidental por sedimentos y rocas eruptivas del Cretáceo. Se elevan en esa zona eí Azufral de Túquerres (4070), el Bordoncillo (3700) y el Volcán Galeras (4264). La cuenca de Pasto recoge sus aguas en un afluente meridional del Patía, mientras que, en las laderas orientales del Bordoncillo, la laguna de la Cocha da nacimiento a cursos de agua que forman el Putumayo.
   
   
   Las cuencas de Pasto y Almaguer están separadas por un contrafuerte volcánico que consta de los Páramos de Tajumbina (4125 m) y de las Ánimas (4242); desde éste fluye hacia el O el río Mayo, en busca del Patía. Al NE de esa cuenca se yergue el Sotará (4435 m), importante centro hidrográfico en el que nacen: el Caquetá, afluente del Amazonas, el Magdalena, el Patía y el Cauca. La cuenca de Popayán está limitada al S por el macizo del Sotará, al E por la Sierra Nevada de Coconuco, al N por una estribación de ésta y al O por la cordillera Occidental. Al E se alzan otros dos importantes volcanes: el Pan de Azúcar (4670 m), hacia el valle del Magdalena, y el Puracé (4700) cuyo cono, formado por acumulaciones eruptivas, afecta la forma de pirámide achatada. Al N de este último volcán un tramo de cordillera con altitud media de 3700 a 4000 m conduce hasta el Nevado de Huila (5750 m), la cima más elevada de los Andes colombianos; como escalón intermedio, y al O, está el Páramo de Santo Domingo (4300 m).
   
   
   4) Valle del Cauca. Fosa tectónica longitudinal, ahondada por la erosión y situada entre las cordilleras Occidental y Central de los Andes. De 10 a 20 km de anchura, es llano, fértil y bien cultivado hasta los 5 ° de latitud. La proximidad del Cauca al borde occidental del valle hace que, salvo Cali, las ciudades estén emplazadas en la orilla derecha. Los cultivos de maíz, café, caña y tabaco se completan con una actividad ganadera y alguna industria. Buenaventura es el puerto de salida del valle, gracias al ferrocarril que le une con Cali.
   
   
   5) Cordillera Central. Entre el Nevado de Huila y el paso de Quindio tiene una altitud media de 4000 m y da nacimiento a varios afluentes del Magdalena. Al N del citado paso las alturas son muy superiores: Tolima (5215 m), Nevado de Quindio (5150), Santa Isabel (5100), Nevado del Ruiz (5400) y la Mesa Nevada de Herveo, ancha montaña de 5600 m. Sobre Manizales se alza el Páramo de Herveo desde el cual, rumbo hacia el N, la cordillera se adentra en Antioquia sin sustentar ya volcanes, sino que presenta formas suaves y redondeadas. Los contrafuertes orientales alcanzan en Honda el valle del Magdalena y provocan rápidos que dificultan la navegación. Sobre la meseta de Antioquia, entre el Cauca y el Magdalena, se elevan trazos montañosos hasta los 3500 metros.
   
   
   6) Valle del Magdalena. Está entre las cordilleras Central y Oriental y parece deber su origen a una fractura geológica. El descenso del río es bastante rápido hasta Neiva, donde empieza la navegabilidad hasta Girardot. La aproximación de las dos cordilleras que ciñen el valle obliga al río a tajar varios contrafuertes y origina los rápidos de Honda; un ferrocarril asegura el enlace entre los dos tramos navegables del Magdalena. Más al N el valle se ensancha e inicia las llanuras septentrionales de Colombia, en las que abundan los lagos de aguas estancadas.
   
   
   7) Cordillera Oriental. Arranca en el Gran Macizo Colombiano y toma primero dirección SE, pero luego hace un brusco viraje hacia el NE del país. En el Nudo de Santurbán se bifurca y da nacimiento a la cordillera de Mérida, que penetra en Venezuela. La cordillera Oriental gana en anchura al avanzar hacia el N, y se fracciona en una serie de trazos paralelos que dejan entre sí grandes cuencas. En este nuevo trozo, llamado cordillera de Bogotá, las altitudes crecen hasta los 5300 en la Sierra Nevada de Cocuy. Las alineaciones orientales son más elevadas y definen la divisoria de aguas; en el S se alzan el Páramo de Sumapaz (4000 m), los páramos de Cruz Verde y Guasca (3800), el Chin gasa y los Farallones de Medina; en el N, la Sierra de Nevada de Cocuy, con el Pan de Azúcar y el Nevado de San Paulín, rebasa el límite de las nieves perpetuas.
   
   Desde el Nevado de Cocuy la cadena extremo-occidental se deprime hasta que, en el Páramo de Tamá, penetra en la cordillera de Mérida.
   
   
   Modalidad característica de esta región montañosa son las cuencas altas, antiguamente lacustres, situadas entre los 2000 y 3000 m, como las de Bogotá, Ubaté-Chiquinquirá y Sogamoso, asiento de las principales ciudades de la cordillera.
   
   Hacia los 7° latitud N, la cordillera de Bogotá se abre en forma de abanico y, si sus partes centrales se resuelven bajo los 8° en la zona de fractura del río Zulia, las ramas extremas se continúan hacia el N: la oriental lo hace por la cordillera de Mérida; la occidental, que se inicia con el nombre de cordillera de Ocaña, se llama más al N Sierra de Perijá y termina a orillas del Golfo de Maracaibo.
   
   
   8) Sierra Nevada de Santa Marta. Se extiende entre la Sierra de Perijá, el mar, la llanura del bajo Magdalena y el río César. Sus montañas se yerguen escarpadas y alcanzan en el pico de Cristóbal Colón 5839 m, altura máxima de Colombia; hacia el S las pendientes son más suaves y tendidas.
   
   
   9) Península de Guajira. Separada de la región anterior por el río Ranchería, presenta altitudes modestas: 853 m en el Cerro del Aceite.
   
   
   10) Depresiones septentrionales. Constituyen una gran zona de fractura en que se abate todo el sistema oro-gráfico andino; posiblemente fueron antes un seno marino que se ha visto colmado por los aluviones del Magdalena, Cauca y Sinú. Las cubren pastos y monte, lo que las hace aptas para la ganadería; en sus bordes existen bosques. Las lluvias y los desbordamientos de los ríos inundan a veces grandes zonas donde, una vez evacuadas las aguas, persisten lagunas y ciénagas de poco fondo. La vida humana se concentra en la costa, donde surgen algunas de las principales ciudades del país: Cartagena, Barranquilla, Santa Marta, Ciénaga, Lorica y otras.
   
   
   11) Los Llanos. Una faja de tierras un poco más elevadas que el resto divide los Llanos colombianos en tres partes. La fracción meridional, cubierta de bosques, pertenece a las cuencas del Caquetá y Putumayo, tributarios del Amazonas. La septentrional está formada por los llanos de Casanare, con el río Meta y sus afluentes; por su riqueza en herbazales tiene notable actividad ganadera y exporta sus productos por el Orinoco. La zona central está regada por los ríos Vichada y Guaviare, ambos afluentes también del Orinoco.
   
   En conjunto toda la región andina tiene una extensión de unos 550000 km2 y la de los Llanos de 600000.
   
   Colombia se halla emplazada en un área de inestabilidad de la corteza terrestre, bordeada al N y O por los geosinclinales alpino y circumpacífico, que se enlazan precisamente a su frente en el Mar Caribe. Las llanuras orientales presentan por el contrario una gran estabilidad. Los temblores de tierra son bastante frecuentes, en especial en las cordilleras de Quindio y Chocó y los relieves que bordean las orillas del Caribe; son en cambio más raros en las montañas de la cordillera Oriental.
   
   Para más información ver: Colombia.

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