Para mantenernos conscientes y atentos a las oportunidades que Dios nos presenta para llevar a cabo buenas obras en nuestro día a día, es importante cultivar una actitud de sensibilidad espiritual y estar abiertos a la guía divina en nuestras vidas. Algunas formas de lograr esto incluyen:
1.
Oración y meditación: Tomarnos el tiempo para orar y meditar en la Palabra de Dios nos ayuda a estar en sintonía con Su voluntad y nos permite escuchar Su voz.
2.
Estar alerta a las necesidades de los demás: Observar a nuestro alrededor y ser sensibles a las necesidades de las personas que nos rodean nos permite identificar oportunidades para ayudar y servir.
3.
Buscar activamente maneras de servir: En lugar de esperar a que las oportunidades se presenten, podemos buscar activamente maneras de servir a los demás, ya sea a través de acciones pequeñas o grandes.
4.
Seguir el ejemplo de Jesús: Recordar el ejemplo de Jesús en su ministerio terrenal nos inspira a seguir sus pasos y a estar dispuestos a sacrificar nuestro tiempo y recursos en beneficio de los demás.
Por ejemplo, si vemos a alguien en la calle que parece necesitar ayuda, podemos detenernos y ofrecerle algo de comer o simplemente escucharlo. O si sabemos de alguien que está pasando por un momento difícil, podemos ofrecer nuestro apoyo y consuelo. Estar atentos a estas oportunidades y actuar en consecuencia nos permite vivir de acuerdo con el propósito para el cual fuimos creados, llevando a cabo las buenas obras que Dios ha preparado para nosotros.
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