La literatura fantástica se caracteriza por presentar elementos imaginarios o sobrenaturales que no se ajustan a las leyes de la realidad. Algunas de las características principales de la literatura fantástica son:
1. Presencia de lo irreal: La literatura fantástica se basa en la introducción de elementos fantásticos, como criaturas mágicas, poderes sobrenaturales o eventos inexplicables, que no existen en el mundo real.
2. Rompimiento de la lógica: En la literatura fantástica, las reglas de la lógica y la razón pueden ser desafiadas o subvertidas. Se permite la existencia de realidades paralelas, mundos imaginarios y situaciones inverosímiles.
3. Creación de atmósfera: La literatura fantástica busca transportar al lector a un ambiente misterioso, enigmático o mágico. Se enfoca en generar una atmósfera única que estimule la imaginación y la suspensión de la realidad.
4. Exploración de lo desconocido: La literatura fantástica suele abordar temas relacionados con lo desconocido, lo oculto o lo sobrenatural. A través de la fantasía, se exploran conceptos filosóficos, metafísicos o existenciales que no son fácilmente abordados en otros géneros literarios.
5. Uso de símbolos y metáforas: La literatura fantástica utiliza a menudo símbolos y metáforas para representar ideas abstractas o conceptos complejos. Los elementos fantásticos pueden tener un significado más profundo o simbólico dentro de la narrativa.
6. Posibilidad de múltiples interpretaciones: La literatura fantástica suele dejar lugar a diferentes interpretaciones y lecturas. Al introducir elementos imaginarios, invita al lector a reflexionar sobre la realidad, la verdad y la percepción de la misma.
Estas son solo algunas de las características que definen a la literatura fantástica, pero es importante tener en cuenta que pueden variar dependiendo de cada obra y autor.
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