Orden muy extenso, de más de 5000 especies conocidas, en que se incluyen las de las Garrapatas y aradores. Estos son especialmente numerosos en especies e individuos. Los ácaros presentan un ciclo vital complejo en que se conocen cuatro fases: las de huevo, larva, ninfa y adulto sexualmente desarrollado. La larva, que sólo posee tres pares de patas, se transforma en ninfa con cuatro pares. Esta forma se asemeja a la adulta, pero no se encuentra desarrollada sexualmente y carece de orificios genitales. Los ácaros, en la mitad aproximadamente de las especies, son libres; la otra mitad vive parasitariamente, en alguna fase de su ciclo vital, sobre otros animales o plantas. Las especies parásitas, incluidas las garrapatas como grupo, ’viven principalmente en los humores del cuerpo de los huéspedes. En el caso de los vertebrados terrestres, los parásitos se alimentan de sangre. No es de sorprender, por tanto, que tales especies transmitan numerosas enfermedades, entre las que se cuentan el tifus acárido (fiebre fluvial japonesa o tsutsugamushi) producido por aradores, la fiebre moteada de las Montañas Rocosas, la tularemia, la parálisis, las fiebres recurrentes de diversas garrapatas y distintos tipos de sarna.
Los ácaros libres pueden ser herbívoros o carnívoros. Los herbívoros se alimentan principalmente de hojarasca putrescente. Viven en el mantillo que tapiza el suelo de los bosques y tienen gran importancia en la economía del hombre, pues constituyen un eslabón necesario en la formación del suelo fértil. Las especies carnívoras se alimentan de diminutos animales. Otros atacan los alimentos almacenados y envasados.