El término acerrador se refiere a un germano que desempeña el papel de criado de justicia.
En este contexto, su función implica servir y asistir en asuntos relacionados con la administración de la justicia.
Este concepto evoca la imagen de un asistente leal y comprometido, que contribuye al funcionamiento adecuado del sistema judicial, asegurando que se mantenga el orden y la equidad en la sociedad.