Acidia es un concepto que va más allá de la simple pereza, abarcando la falta de energía y motivación para emprender actividades que demanden esfuerzo físico o mental.
Aunque comúnmente se asocia con la flojera, en ámbitos filosóficos y teológicos se le reconoce como uno de los siete pecados capitales.
Esta acidia puede traducirse en una sensación de desinterés generalizado hacia aspectos fundamentales de la vida, como el trabajo, los estudios o las relaciones interpersonales.
f. Pereza, especialmente la relacionada con el desgano o falta de energía para realizar actividades que requieren esfuerzo físico o mental.
Este término, aunque se utiliza en contextos coloquiales para referirse a la pereza en general, tiene raíces profundas en la historia de la filosofía y la teología, donde se le considera uno de los siete pecados capitales.
En un sentido más amplio, la acidia puede manifestarse como una sensación de apatía o desinterés hacia aspectos importantes de la vida, como el trabajo, los estudios o las relaciones personales.
No solo implica una falta de voluntad para emprender acciones, sino también un estado de indiferencia emocional que puede afectar profundamente el bienestar personal y social del individuo.
Históricamente, la acidia era vista por los monjes del cristianismo primitivo como un estado de tristeza o melancolía espiritual que afectaba principalmente a aquellos dedicados a la vida contemplativa. Se creía que este estado era provocado por demonios o tentaciones que alejaban al individuo de sus deberes espirituales y terrenales.
En el ámbito psicológico contemporáneo, aunque no se utiliza el término "acidia" con frecuencia, sí se reconocen síntomas similares bajo categorías como la depresión mayor o el trastorno afectivo estacional. Estas condiciones modernas comparten con la acidia tradicional esa sensación de desmotivación y desinterés por actividades previamente placenteras o significativas.
Origen etimológico de acidia: proviene de la palabra latina acidia, a su vez de la palabra griega antigua ἀκηδία (akedía), ἀκήδεια (akédeia), del prefijo privativo ἀ- (a-) y κῆδος (kẽdos), "preocupación", del protoindoeuropeo (lengua madre de las lenguas indoeuropeas) *ḱeh₂dos, "preocuparse", de la raíz *ḱeh₂d-, "odiar"
Tiene su acento prosódico (sin tilde) en la sílaba: ci Tipo de acentuación de acidia: Palabra grave (también llana o paroxítona). Posee diptongo creciente ia.