El término acteón proviene de la mitología y se refiere a un famoso cazador que, tras sorprender a la diosa Diana mientras se bañaba, fue transformado en un ciervo como castigo.
Esta historia simboliza las consecuencias de la curiosidad y la violación de la intimidad.
La figura de Acteón ha perdurado en el arte y la literatura, representando temas de transformación y venganza divina.