El término actor cómico se refiere a aquellos intérpretes que se especializan en representar papeles graciosos, generando risas y entretenimiento.
Su origen se remonta a las antiguas celebraciones en honor al dios Dionisos, donde la comedia comenzó a tomar forma a través de chistes y sátiras.
Con el tiempo, la Commedia dell' Arte italiana perfeccionó el arte de la comedia, estableciendo un legado que ha influido en el teatro y la actuación cómica hasta nuestros días.
Actor que representa papeles graciosos. Los primeros cómicos nacieron probablemente entre los más ruidosos e ingeniosos participantes en las indecorosas orgías rituales griegas en honor del dios Dionisos. En los ritos o komos, consistentes en una procesión, un sacrificio y un canto lascivo, llegó a aceptarse la participación de los espectadores en forma de bromas, puyas y chanzas. Se supone que fue Susarión de Megara (siglo vi a. de J.C.), el primero en modificar los primitivos cantos, que sustituyó por chistes y sátiras, creando así las primeras comedias. Las obras cómicas más antiguas son, sin embargo, las de Aristófanes.
Aunque los payasos y bufones existieron desde tiempos remotos, los primeros cómicos profesionales capaces de desplegar todos los recursos de la expresión cómica y satírica fueron los miembros de la Commedia dell' Arte italiana. Estos excepcionales grupos de actores ambulantes florecieron en los siglos xvi y xvii y ejercieron influencia nunca igualada sobre el teatro del continente. Dentro de un esquema facilitado por el director del elenco se improvisaban tanto los diálogos como la acción. Toda la gama de recursos del humor había de correr a cargo de estos comediantes. La compañía más famosa, I Gelosi, estuvo encabezada por Francesco Andreini, hombre de extraordinario virtuosismo.
Los personajes de la Commedia dell' Arte eran todos convencionales. Puede decirse que hasta los tiempos modernos no alcanzó el cómico categoría individual dentro del conjunto de intérpretes de una comedia.
La aparición de nuevos modos de exhibición, como las salas de fiestas, los clubs modernos, la radio, el cinematógrafo y la televisión, sirvió para dar impulso a la tradición del espectáculo individual.
Algunos de sus cultivadores como Ed Wynn, Maurice Chevalier, Bob Hope y Fanny Brice, crearon estilos propios para expresar las cómicas implicaciones, los absurdos complejos y las tradiciones de la vida. Otros, como Charles Chaplin, aunque aparentemente se limitaron a representar su papel en una obra, dominaron la acción con su propia personalidad y estilo cómico único. En este sentido, los cómicos forman un grupo aparte en el conjunto de actores teatrales de cuño tradicional. Véase Payaso.