El término ad jurador se refiere a una figura histórica que actuaba como conjurador o exorcista, es decir, alguien que invocaba poderes sobrenaturales para alejar o combatir entidades malignas.
Aunque esta acepción es anticuada y actualmente se encuentra en desuso, su significado evoca prácticas de protección espiritual que eran comunes en épocas pasadas.
Su estudio nos permite comprender creencias y rituales de antiguas culturas.