El término ad líbitum proviene del latín y se traduce como "a gusto" o "a voluntad".
Se utiliza para expresar la idea de que algo puede hacerse según el deseo o preferencia de una persona.
En contextos legales, artísticos o de consumo, esta expresión sugiere flexibilidad y libertad en la toma de decisiones, permitiendo que cada individuo actúe conforme a su propio criterio y necesidades.