Los adhesivos térmicos son sustancias que, a temperatura normal, se presentan en estado sólido, pero al aplicar calor, se vuelven viscosos.
Este tipo de adhesivos incluye materiales como ceras, derivados de la celulosa, plásticos y caucho.
Su funcionamiento consiste en colocar el adhesivo entre las superficies a unir y aplicar presión; el calor ablanda el adhesivo, permitiendo que fluya y se adhiera.
Son ideales para pegar materiales delgados, como tejidos y papel, y se utilizan comúnmente en reparaciones de ropa.
Sólidos a temperatura normal, con el calor tórnanse viscosos. Las ceras, derivados de la celulosa, plásticos y caucho pertenecen a este grupo de adhesivos. El pegamento se coloca entre las partes a pegar, que son sometidas a presión; la aplicación del calor ablanda el adhesivo, que fluye entre ambas superficies. Algunos de estos adhesivos se endurecen si continúa aplicándose calor; otros, que permanecen fluidos mientras están calientes, sólo se endurecen al enfriarse. Estos adhesivos tienen aplicación para empalmar, contrachapar y pegar materiales delgados, como tejidos, papel y celofán. Han empezado a encontrar popular aplicación en los galoncillos que se utilizan para remendar ropa: colocados sobre el roto o desgarrón, quedan unidos al pasárseles por encima una plancha caliente.