La palabra adoro proviene del término adoración, que se refiere a la acción de rendir homenaje o veneración a algo o alguien.
Aunque su uso actual es menos común, en el pasado se empleaba para expresar un profundo respeto o devoción.
Esta acepción, ahora anticuada, refleja una conexión emocional intensa, donde el acto de adorar trasciende lo cotidiano, convirtiéndose en una manifestación de amor y reverencia.