La adquisición y pérdida de la ciudadanía en la Mancomunidad Británica es un proceso regulado por el Derecho común y diversas leyes.
Aunque no hay un código único, los ciudadanos de los estados miembros gozan de un trato preferencial frente a los extranjeros, lo que incluye derechos como votar y ocupar cargos públicos.
La ciudadanía británica puede adquirirse por nacimiento, ascendencia o naturalización, permitiendo a muchos ciudadanos de la Mancomunidad acceder a estos beneficios.
adquisición y pérdida de la ciudadanía en la mancomunidad británica
la adquisición de ciudadanía en el Reino Unido queda reglamentada por el Derecho común y los estatutos jurídicos. Aunque no existe un código común de ciudadanía en la Mancomunidad Británica, todo ciudadano de los estados que la componen recibe trato más favorable que un extranjero residente en ella. Este trato puede consistir en el derecho a votar, ocupar un cargo público o viajar libremente; o bien puede traducirse en una menor exigencia de los requisitos de naturalización. Aunque Irlanda no es estado miembro, sus ciudadanos lo son también generalmente de la Mancomunidad.
La ciudadanía británica se adquiere por nacimiento en el Reino Unido o en las colonias, por ascendencia, naturalización, incorporación del territorio al Reino Unido o inscripción. Ésta se aplica a los ciudadanos adultos de la Mancomunidad que residen en Gran Bretaña o han estado al servicio de la Corona y que disfrutan del derecho de convertirse en ciudadanos británicos; la naturalización de otros queda a la discreción del Estado. La ciudadanía no se pierde por naturalización en un país extranjero o matrimonio de una ciudadana británica con un extranjero, pero cabe perderla si se adquirió fraudulentamente o si un ciudadano naturalizado o inscripto prolonga su residencia en el extranjero sin servir a la Corona o inscribirse anualmente.