El término adrar se refiere a la acción de repartir las aguas, especialmente en el contexto del riego.
Esta práctica es fundamental en la agricultura, ya que permite distribuir el agua de manera eficiente para el cultivo de plantas.
Aunque su uso es más común en la región de Salamanca, su significado resuena en diversas áreas donde el manejo del agua es crucial para la producción agrícola.