La adulación consiste en halagar de forma exagerada o falsa a alguien con el objetivo de ganarse su favor.
Se trata de un tipo de halago que busca complacer a la otra persona para obtener beneficios personales, como favores o ventajas.
Puede manifestarse a través de elogios excesivos, alabanzas desmedidas o comportamientos sumisos, destacando las cualidades positivas y minimizando los defectos de la persona que se quiere impresionar.
tr. Halagar servilmente, para ganar alguna voluntad.
La adulación se refiere a actuar de manera exagerada o falsa para ganarse el favor o la aprobación de alguien. Es una forma de halago que busca complacer o satisfacer los deseos y necesidades de la otra persona, con el fin de obtener algún tipo de beneficio personal, como favores, oportunidades o ventajas.
La adulación puede manifestarse de varias formas, como elogios excesivos, alabanzas exageradas, afirmaciones insinceras o incluso comportamientos sumisos. Es común que alguien que adula trate de destacar las cualidades positivas de la persona que quiere impresionar, ignorando o minimizando sus defectos y errores.
Sin embargo, es importante distinguir la diferencia entre la adulación y el simple elogio o reconocimiento genuino. Mientras que un elogio sincero surge de un verdadero aprecio y admiración hacia la otra persona, la adulación es manipuladora y busca obtener algo a cambio. La adulación suena exagerada, insincera y puede resultar vacía, ya que no se basa en una apreciación auténtica.
En muchos casos, la adulación puede ser vista como una estrategia de manipulación o una forma de engaño. Aquellos que adulan a menudo intentan aprovecharse de la bondad o la debilidad de la otra persona, buscando obtener beneficios personales sin considerar sus verdaderos sentimientos o necesidades.
• « "Como cualquier líder de culto, era extremadamente bueno para ordeñar a los ricos, para adular", dijo Gordon. »
• « La primera vez que su cuñada lo invitó a cenar, le sirvió aspic de tomate. Ben aborrecía el aspic, pero, queriendo adularla, le dijo con entusiasmo: "¡Qué sabroso te quedó!" Ella se sintió tan halagada, que nunca lo olvidó... ¡y durante los siguientes 15 años le sirvió aspic a Ben cada vez que este fue a su casa! » (de adular | con pronombre enclítico "la")