Los aglabitas fueron una importante dinastía árabe que gobernó en el norte de África entre los años 800 y 909.
Su reinado se caracterizó por un notable desarrollo cultural y económico, así como por la expansión del islam en la región.
Esta dinastía, con sede en Kairuán, dejó una huella significativa en la historia de Túnez y sus alrededores, marcando un periodo de esplendor en la historia árabe.