El término agracero se refiere a una cepa cuyo fruto no alcanza a madurar, resultando en un agraz, que es una fruta inmadura.
Esta palabra también se utiliza en su forma femenina, agracera, para designar una vasija destinada a contener el zumo del agraz.
Ambas acepciones reflejan la relación con la inmadurez y la recolección de frutos en su estado más temprano, destacando su importancia en la producción de bebidas y alimentos.