El término agramilado se refiere a una técnica constructiva que implica el uso de ladrillos en la manipostería, es decir, en la disposición y unión de estos elementos para formar estructuras.
Como participio pasado de agramilar, su uso se relaciona con la creación de revestimientos que aportan tanto funcionalidad como estética a los espacios.
La agramilada, por su parte, describe la obra realizada con esta técnica, destacando su importancia en la arquitectura.