El término ahocicar tiene varias acepciones en el español.
En su uso más común, se refiere a castigar a perros o gatos frotando su hocico en el lugar donde se han ensuciado.
También se utiliza en un contexto familiar para describir la acción de vencer a alguien en una disputa, obligándolo a reconocer su error.
Además, puede implicar rendirse ante argumentos contrarios o aceptar algo que antes se rechazaba, mostrando así una evolución en la percepción de una situación.