Significado de «ahorro»

Ahorro es la acción de reservar una parte de los recursos disponibles, como dinero, tiempo o energía, para reducir gastos innecesarios o para un uso futuro.

Implica una gestión prudente de los recursos para evitar el derroche y poder enfrentar situaciones adversas o realizar inversiones a futuro.

También se refiere al resultado tangible de esta acción, es decir, la cantidad de recursos guardados después de reducir gastos.

En Aragón, España, se utiliza para describir a una persona que camina sola o sin compañía, reflejando independencia o preferencia por la soledad al desplazarse.

ahorro: Después de años de trabajo duro y ahorro, finalmente pudo satisfacer su sueño de viajar por Europa.


Definición de ahorro
  1. adj. m. Acción de ahorrar, manumitir, y también cercenar algo del gasto diario, y evitar trabajos, riesgos, etc.

    Esta acepción se refiere al acto consciente de guardar o reservar una parte de los recursos disponibles, como dinero, tiempo o energía, con el objetivo de reducir gastos innecesarios o para un uso futuro.

    Implica la gestión prudente de los recursos para evitar el derroche y poder enfrentar situaciones adversas o realizar inversiones a futuro.

    Ejemplos de uso: "La acción de ahorro en el hogar nos ha permitido acumular un fondo para emergencias".

    "Implementamos medidas de ahorro energético en la empresa para reducir costos".
  2. Lo que se ahorra.

    En esta acepción, el término se refiere al resultado tangible de la acción de ahorrar. Es decir, la cantidad de recursos que se han guardado o reservado después de haber reducido gastos o consumos.

    Este resultado puede ser cuantificado y suele destinarse a objetivos específicos como inversiones, compras importantes o como fondo de emergencia.

    Ejemplos de uso: "El ahorro del último año nos permitirá financiar parte del viaje".

    "Guardé mi ahorro en una cuenta bancaria para obtener intereses".
  3. Ar. Se dice de la persona que camina sola o sin compañía.

    Esta acepción es específica del ámbito regional en Aragón, España, y describe a una persona que se desplaza o viaja sin estar acompañada por otras personas. Refleja un estado de independencia o preferencia personal por la soledad en el contexto de moverse de un lugar a otro.

    Esta acepción se emplea en: Aragón
    2º artículo
  1. Acto de previsión económica que consiste en suprimir un consumo actual para diferirlo a una época futura. Es, pues, una diferencia entre los ingresos y las inversiones en bienes de consumo. Esta diferencia puede ser atesorada, ingresada en un Banco, destinada a la adquisición de fondos públicos o privados y de bienes Capital o a la suscripción de pólizas de seguros, etc. También se entiende por ahorro toda economía realizada en los procesos productivos o consuntivos.


    - Motivos de ahorro. La cantidad de ahorro es una función de muchas variables. En las personas económicamente débiles constituye uno de los más poderosos incentivos de ahorro la necesidad de prevenirse contra imprevistos y asegurar la vejez. Otras veces los padres reducen sus gastos en mercancías de consumo para proveer a la educación de sus hijos. Hay quien ahorra para obtener ingresos derivados de sus Inversiones; las antiguas teorías intentaron establecer una relación directa entre la cantidad de ahorro y el tipo de interés. Tal teoría supervalora, indudablemente, el papel del tipo de Interés. Es muy probable que, a corto plazo por lo menos, el volumen de ahorro apenas se vea afectado por el tipo de interés; en realidad, dado que la finalidad del ahorro es acumular una cantidad prefijada de dinero, como por ejemplo la suma precisa para pagar una póliza de seguro de vida, cuanto más elevado sea el tipo de interés menos será necesario ahorrar. El medio social en que vive el consumidor influye sobre su actitud frente a la previsión y los consumos «externos» y determina en gran medida la parte de sus ingresos susceptible de ahorro. Es frecuente que las clases acomodadas realicen sus inversiones en mercancías de consumo despreocupándose hasta cierto punto del ahorro, con lo que la cantidad ahorrada es un simple residuo. Los mínimos vitales de las personas en mala situación económica pueden llegar a superar a sus ingresos: el ahorro será de signo negativo, es decir, tales personas acumularán deudas en lugar de bienes.


    - El ahorro y el ciclo económico. Aunque desde el punto de vista particular, especialmente del de las clases económicamente débiles, el ahorro es una virtud necesaria para mantener una independencia financiera, desde el punto de vista de la economía en general el ahorro no siempre es conveniente, según que la coyuntura económica exija que aumenten o dismimuyan los ingresos monetarios. Durante los periodos de depresión, caracterizados por la inactividad de los recursos y el descenso de los ingresos, el interés general exige una política dé ahorro restringido, es decir, una política de gastos libres; en los periodos de auge, tales como los que suelen presentarse durante las guerras e inmediatas posguerras, caracterizados por un elevado nivel de empleo y altos ingresos monetarios, se requiere un alto nivel de ahorro, es decir, una restricción de gastos a fin de evitar la inflación.

    Las obras del finado Lord Keynes han marcado profunda huella en los estudios y terminología del ahorro considerado en su aspecto macroeconómico. Keynes señalaba que el ingreso equivalía a las salidas, desglosadas a su vez en bienes de consumo más bienes de inversión; como, por otra parte, el ahorro es igual a los ingresos menos los consumos, podrán establecerse las siguientes igualdades


    Renta = Consumos + Inversiones

    Ahorro = Renta — Consumos y en definitiva,

    Ahorro = Inversiones.


    Ello no quiere decir que el ahorro y la inversión sean entidades idénticas, sino sencillamente que en cualquier momento son cuantitativamente iguales. El consumidor decide sobre la cantidad que debe ahorrar de su renta; el Empresario determina cuál es la parte de renta que debe invertirse, es decir, destinarse a la adquisición de nuevo equipo. Ahorro es, pues, la parte de renta que no se consume. Cuanto menos ahorren de sus ingresos los consumidores, más gastarán y mayor será la renta nacional. Si la gente decidiese ahorrar una proporción importante de sus ingresos, es decir, si la propensión marginal a ahorrar aumenta, la renta nacional será menor; como consecuencia se ahorrará un porcentaje mayor sobre unos ingresos más pequeños, pero el ahorro total, en ausencia de una inversión creciente por los empresarios o el Gobierno, permanecería invariable.

    Por otra parte, si durante un periodo de depresión una empresa o el Gobierno emplea recursos ociosos para aumentar la inversión, por ejemplo para construir un salto de aguas, el dinero gastado en la nueva inversión representará ingresos para las personas empleadas en el proyecto; parte de estos ingresos se gastarán en mercancías de consumo y el resto será ahorrado. Como la renta nacional aumentará en las sumas gastadas y el ahorro total en el importe de la nueva inversión, dicho ahorro será igual a la inversión total como anteriormente.

    Aunque el ahorro total debe ser igual a la inversión total durante cualquier periodo de tiempo, el índice de ahorro puede ser igual, menor o mayor que el índice de inversión. Si el índice de ahorro y el de inversión son iguales, la reducción en la renta nacional resultante del ahorro será exactamente equilibrada por el incremento en los ingresos resultante de la producción de bienes de inversión y la renta total permanecerá invariable. Si el índice de ahorro es menor que el de inversión, aumentará la renta total, y si el índice de ahorro supera al de inversión, disminuirá dicha renta.

    Durante un periodo de amplio paro el problema económico básico consiste en aumentar la renta monetaria, es decir, incrementar el índice de gastos. Esto puede lograrse persuadiendo a los consumidores y empresas a aumentar sus gastos, es decir, a reducir su índice de ahorro (procedimiento generalmente impracticable) o a aumentar la renta, es decir, a incrementar la adquisición de bienes de inversión, ya sea por las empresas privadas o por el Gobierno. Si éste decide aumentar sus gastos, tendrá que hacerlo en el momento en que su propia renta haya descendido, ya que su principal fuente de ingresos es el impuesto de utilidades y en tal momento tanto las utilidades del empresario como las del consumidor son bajas. Además, sería imprudente elevar los tipos impositivos, pues tal medida restringiría aún más los gastos del consumidor y del empresario y en consecuencia la renta nacional; de todo ello se deduce que si el Gobierno sigue este programa no podrá reequilibrar su prespuesto sino a largo plazo.

    Durante los periodos de auge, caracterizados por un alto nivel de empleo y por un aumento en la renta monetaria superior al aumento en la renta real, debe alentarse a los consumidores y a las empresas a incrementar su índice de ahorro a fin de evitar el alza de precios. La política fiscal adecuada para un Gobierno que desea evitar los riesgos de la inflación consistirá en elevar los tipos impositivos a fin de reducir las adquisiciones de bienes de consumo y los gastos públicos para que el presupuesto estatal presente superávit. Si los Gobiernos actúan según estos principios durante un Ciclo económico (depresión-prosperidad-depresión), obtendrán unos años déficits y otros superávits presupuestarios. El que la Deuda pública aumente o disminuya dependerá de que el total de déficits exceda o no del total de superávits.


    - El tipo de interés con relación al ahorro. Si pudiera mantenerse un alto nivel de empleo con un nivel de precios estable y si el índice de ahorro variase en razón directa al índice de inversión, las fluctuaciones comerciales cíclicas no presentarían probablemente gran amplitud. Propugnaba la antigua doctrina que el índice de ahorro y el índice de inversión se mantenían unidos por las fluctuaciones en el tipo de Interés: un tipo de interés elevado desalentaba a los inversores y estimulaba el ahorro. Ahora se pretende, sin embargo, que el tipo de interés apenas es uno de los muchos factores que afectan a los índices de inversión y de ahorro y que, por tanto, no puede confiarse en él para igualar ambos índices. Por añadidura, el tipo de interés es un precio administrado y en la práctica no varía con rapidez o alcance suficientes para que ejerza una presión significativa como factor restrictivo o estimulador. El mantenimiento de la estabilidad económica parece exigir normas que actúen directamente sobre las rentas más bien que indirectamente sobre el volumen de ahorro.
    3º artículo
  1. (ahorro) conju. v. Conjugación del verbo ahorrar. Se trata de la primera persona del singular (yo ahorro) del Presente del Indicativo.

    ♦ Leer oraciones donde se usa «ahorro» aquí: Ejemplos de usos de ahorro

    ♦ Ver todas las conjugaciones de «ahorrar» aquí: ahorrar



    Etimología u origen de la palabra ahorro:
    conjugación del verbo «ahorrar», modificándolo así: ahorro
Actualizado: 26/03/2024

Autor: Leandro Alegsa


ahorrío 
 ahotado
Sinónimos y antónimos de ahorro
Ejemplos de oraciones con ahorro
« Después de años de trabajo duro y ahorro, finalmente pudo satisfacer su sueño de viajar por Europa. »

ahorro: Después de años de trabajo duro y ahorro, finalmente pudo satisfacer su sueño de viajar por Europa.
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Análisis de ahorro

Usos de ahorro

Se usa o puede usarse como: adjetivo, sustantivo masculino

¿Cómo separar en sílabas ahorro?

a-ho-rro
La palabra ahorro tiene 3 sílabas.

¿Dónde tiene acentuación ahorro?

Tiene su acento prosódico (sin tilde) en la sílaba: ho
Tipo de acentuación de ahorro: Palabra grave (también llana o paroxítona).
Posee digrafo rr.
Posee hiato simple a-ho.

Pronunciación de ahorro

Pronunciación (AFI): [ a'oro ]

Cantidad de letras, vocales y consonantes de ahorro

Palabra inversa: orroha
Número de letras: 6
Posee un total de 3 vocales: a o o
Y un total de 3 consonantes: h r r

¿Es aceptada "ahorro" en el diccionario de la RAE?

Ver si existe en el diccionario RAE: ahorro (RAE)

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Abreviaturas empleadas en la definición
adj. = adjetivo
m. = sustantivo masculino
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