El término Aino o Ainu se refiere a los aborígenes de Hokkaido, la región meridional de Sajalín y las islas Kuriles.
Este nombre, que etimológicamente significa «hombres», describe a un pueblo que, durante más de mil años, resistió la invasión japonesa.
Con características físicas únicas, como el vello corporal y una estatura superior a la de los japoneses, los ainos son cazadores y pescadores que practican el shamanismo y rinden culto a elementos naturales.
Aino o Ainu
Nombre genérico (etimológicamente, «hombres») con que se designan los aborígenes de Hokkaido (Yeso), la región meridional de Sajalín y las islas Kuriles hasta los 48° latitud N. Antaño ocuparon también un vasto territorio en Hondo (Nipón), isla principal del Japón, donde sus mestizados descendientes forman parte de la población actual. Durante más de 1000 años los ainos resistieron denodadamente la penetración de los japoneses, que los conocen por ebisu, yebisu o yemishi, pero finalmente fueron empujados hacia el N hasta su actual asentamiento.
De tipo ligeramente caucásico, aunque con rasgos mogólicos, cabe compararlos con los mujiks rusos. Su característica física más sorprendente es el vello que cubre su cuerpo. Son por lo general más altos que los japoneses y tienen ojos obscuros y facciones regulares. Pueblo eminentemente cazador y pesquero, profesa el shamanismo, rinde culto al firmamento, la tierra, el fuego, el viento y el agua y labra sus ídolos o inao con madera de sauce. Objeto principal de su culto real es el oso, cuya fiesta anual, en que se embriagan con cerveza de arroz, tiene ciertas reminiscencias de ceremonia religiosa. Su lengua es sencilla y armoniosa. El número actual de los ainos, emparentados lingüística y racialmente con los habitantes de Kamchatka y la región de Amur, es de 40 mil.