En el Islam, nombre propio o personal que se aplica a Dios cuando no se le invoca bajo el de sus numerosos atributos.
No deriva de ninguna otra palabra y nunca ha sido empleado más que para designar a la divinidad.
Según los lexicógrafos árabes, ningún ídolo preislámico recibió jamás tal nombre. La piedra angular de la fe islámica, la unicidad del ser divino, se expresa en las palabras la ilaha ill-Allah, que significan «No hay más Dios que Alá».
El Corán describe tal unicidad con las siguientes palabras: «Él, Alá, es uno; Alá es aquel de quien todos dependen; ni engendra ni es engendrado y nadie es como El».
Los principales atributos de Alá mencionados en el Corán son: Rahman (Bienhechor), Rahim (Misericordioso), Rabb (Sustentador) y Malik (Maestro). Todos sus demás atributos, que según expresión de Mahoma son 99, derivan de estos cuatro.
Es costumbre entre los mahometanos repetir a menudo estos nombres sagrados con ayuda de un rosario. Véase Mahometismo.