El término aladrar tiene diversas acepciones, siendo una de las más destacadas su uso en ciertas regiones para referirse a arar, que es el proceso de labrar la tierra para prepararla para la siembra.
Esta acción es fundamental en la agricultura, ya que permite airear el suelo y mezclar los nutrientes, favoreciendo así el crecimiento de las plantas.
El aladrar es, por tanto, una actividad esencial en el ciclo agrícola.