La palabra alara y su forma alaren provienen de un uso antiguo y poco común en el español actual.
Se empleaban para describir algo que está a medio hacer, especialmente en el contexto de la fárfara, una técnica o proceso específico.
Aunque estas acepciones son consideradas anticuadas y han caído en desuso, su significado refleja una etapa de incompletud o transición en diversas actividades.