Pedro Antonio de Alarcón fue un destacado novelista español nacido en 1833 en Guadix, Granada.
Su vida estuvo marcada por la agitación política y social de su tiempo, participando activamente en luchas y sublevaciones.
Tras una experiencia militar en la guerra de África, donde escribió el Diario de un testigo, su obra literaria comenzó a ganar reconocimiento.
En 1874, fue elegido diputado, defendiendo la restauración de Alfonso XII, consolidando así su influencia en la sociedad española.
Biografía de Alarcón, Pedro Antonio De
(1833-91). Novelista español, nacido en Guadix (Granada). Ingresó en el seminario de su ciudad natal, pero muy pronto huyó de él y de su hogar y pasó a Madrid. A partir de este momento comienza para él un periodo de vida muy agitado. Participa en las luchas políticas de su tiempo y cuando en 1854 acontece el pronunciamiento de Vicálvaro, se suma a la sublevación y toma el mando de los insurrectos de Granada. En Madrid es director del periódico satírico y anticlerical El Látigo. Pero muy pronto se inicia un cambio en su vida e ideología, al que no fue ajeno el gesto del escritor García de Quevedo, que le desafió pero disparó su pistola al aire. Se alistó entonces en el Ejército y luchó heroicamente en la guerra de África (1859-60). Fruto de su experiencia militar es el Diario de un testigom de la guerra de África. Su personalidad va ganando cada vez más consideración y fama. Elegido diputado a Cortes, en 1874, defiende la restauración de Alfonso XII. En 1877 ingresa como miembro en la Real Academia Española. Escribió una serie de libros de viajes: De Madrid a Napóles (1861), La Alpujarra (1873) y Viajes por España (1883). Su labor más fecunda fue, sin embargo, la de novelista. Merecen recordarse El final de Norma (1861), El niño de la bola (1880), La pródiga (1880) y, sobre todo, El escándalo (1875), en la que se describe la evolución espiritual del libertino, tal vez la del propio escritor. En su conjunto, su producción permite seguir todo un proceso literario desde el romanticismo de sus obras iniciales (El final de Norma) hasta un realismo que pudiéramos calificar de «ejemplar» (El escándalo).
A la selección de sus obras aparecida en vida en la «Colección de escritores castellanos», con el título de Obras escogidas (1874), siguió después de su muerte una edición completa de las mismas en 19 volúmenes.