El término alatar se refiere a un antiguo oficio, el de un vendedor de perfumes, drogas o especias.
Aunque hoy en día esta palabra está en desuso y se considera una acepción anticuada, evoca una época en la que estos comerciantes desempeñaban un papel importante en el intercambio de aromas y sabores.
Su legado persiste en la historia del comercio y la cultura de las fragancias.