La palabra albariza tiene dos significados principales.
En primer lugar, se refiere a una laguna salobre, un cuerpo de agua con alta concentración de sal.
En segundo lugar, en el contexto de Andalucía, designa un tipo de terreno de secano, es decir, un suelo que no recibe riego artificial y depende únicamente de las lluvias.
Ambas acepciones reflejan la relación entre el entorno natural y las prácticas agrícolas en la región.