Alcuino, también conocido como Ealhwine o Flaco Albino, fue un destacado clérigo, filósofo y pedagogo inglés del siglo VIII, nacido en York.
Educado en la escuela arzobispal, se convirtió en su director y fue clave en el Renacimiento Carolingio tras su encuentro con Carlomagno.
En la escuela palatina de Aquisgrán, formó a importantes figuras de la época, implementando un innovador plan de instrucción que combinaba tradiciones clásicas con métodos humanistas.
Biografía de Alcuino, Ealhwine o Flaco Albino
(735-804). Clérigo, filósofo y pedagogo inglés, nacido en York, en cuya escuela arzobispal se educó y más tarde sucedió al maestro Etelberto; en el año 778 fue nombrado director de la escuela y de su biblioteca. En el año 781, hallándose en una misión en Roma, conoció a Carlomagno, quien le animó a acompañarle a Francia, donde acometió una serie de reformas monásticas y pedagógicas y llegó a ser el adalid del movimiento cultural conocido por Renacimiento Carolingio. En la escuela palatina de Aquisgrán contó entre sus discípulos al propio Emperador y su familia, los consejeros imperiales, los arzobispos de Maguncia y Tréveris y las monjas de la diócesis. Su plan de instrucción comprendía los grados del trivio y cuadrivio, según la línea tradicional de Marciano Capella, Isidoro de Sevilla y Prisciano, aunque hasta en éstos encontraba métodos y símbolos que compaginaban su sistema con el de los pedagogos humanistas. El diálogo alegórico fue uno de sus métodos favoritos. Sus cartas cumplen también fundamentalmente función pedagógica; de las 232 que subsisten, 30 fueron dirigidas a Carlomagno. En ellas aconsejaba al Emperador sobre los aspectos morales de la guerra y la política, concebía proyectos misioneros, explicaba astronomía y aludía a los problemas eclesiásticos y a la herejía de su tiempo. Tomó parte en el Concilio de Frankfort (794), donde se distinguió por su oposición a la herejía del Adopcionismo. En 796 se estableció en Tours como Abad de San Martín y fundó una escuela monástica que adquirió renombre en toda Europa. Sus estudios teológicos y dialécticos, representados en su agustiniano De animae ratione, poseen menor importancia. De sus 280 poemas, el mejor es Carmen de Pontificibus et Sanctis Ecdesiae eboracensis, que recoge las costumbres y recuerdos de su juventud. Sus trabajos más interesantes son los de carácter científico e histórico, que comprenden tratados de gramática, ortografía, retórica y dialéctica y las vidas de San Waast, San Martín, San Riquier y San Willibrord. Sus obras han sido recopiladas por Migne en su Patrología latina.