El término alecto proviene de la mitología y se refiere a una de las tres furias o Eriñas, figuras que personifican la venganza en la cultura griega.
Estas deidades eran temidas por su capacidad de castigar a quienes cometían crímenes, especialmente aquellos relacionados con la traición y el homicidio.
Alecto, en particular, simboliza la ira incontrolable y el deseo de justicia, recordándonos la importancia de la moralidad y las consecuencias de nuestras acciones.