Alejandro I Pavlovich fue un destacado Zar de Rusia entre 1777 y 1825, hijo de Pablo Pavlovich.
Su educación estuvo a cargo de Laharpe, un suizo con ideas liberales.
Ascendió al trono tras el asesinato de su padre en 1801, en un periodo marcado por las guerras napoleónicas.
Aunque admirador de Napoleón, su reinado estuvo lleno de conflictos, incluyendo la derrota en Austerlitz y la invasión francesa de 1812, que transformaron la política exterior rusa.
Biografía de Alejandro I Pavlovich
(1777-1825). Zar de Rusia, primogénito y sucesor de Pablo Pavlovich, educado por Laharpe, suizo de recio carácter e ideas liberales. Ascendido al trono al ser asesinado su padre (marzo 1801), su reinado coincide con el tormentoso periodo napoleónico. Aunque arrastrado inevitablemente a la guerra contra Francia, Alejandro era un ferviente admirador de Napoleón, cuyo genio le cau
tivaba. Coaligado con Austria (1805), participó en la batalla de Austerlitz, en que austriacos y rusos fueron derrotados. En 1806 concertó una alianza con Prusia, pero, a raíz de las batallas de Eylau y Friedland (1807), hubo de firmar la Paz de
Tilsit, en cuyo cumplimiento aceptaba el bloqueo continental, que alteró totalmente la política exterior tradicional de Rusia. La alianza de Alejandro con Napoleón, sin embargo, no había de durar mucho tiempo. Durante la invasión de Rusia por los franceses (1812) no participó personalmente en las batallas libradas en suelo ruso, pero tomó parte activa en las grandes batallas sostenidas en el O de Europa (1813-14) a medida que los aliados avanzaban sobre París. Figura descollante en el juego político y diplomático que siguió a la derrota de Bonaparte, inspiró, influido por Juliana de Krüdener, la creación de la Santa Alianza (1815). Durante su reinado anexionó definitivamente Georgia y Finlandia (1809) y estrechó el cerco sobre Polonia. Fundó escuelas y universidades; fomentó el comercio; abolió la tortura, los tribunales secretos y la transferencia por venta o donación de los campesinos; y reconcilió la Iglesia con el pueblo. En sus últimos años se distinguió, no obstante, por sus medidas reaccionarias. Desilusionado, se refugió en la vida licenciosa, que alternó con arrebatos de misticismo. Murió en Taganrog, en el Mar de Azof.