Alfonso V de Aragón y I de Nápoles, conocido como el Magnánimo, fue un destacado rey que gobernó Aragón y Cataluña, así como Nápoles, desde 1416 hasta 1458.
Hijo de Fernando I de Antequera, su reinado se caracterizó por la ambición de expandir el poder aragonés en el Mediterráneo.
A pesar de los altibajos en su relación con la reina Juana II de Nápoles, su legado perdura gracias a su apoyo al humanismo y su influencia en la cultura de su época.
Biografía de Alfonso V De Aragón Y I De Nápoles
(1396-1458). Llamado el Magnánimo. Rey de Aragón y Cataluña y de Nápoles, hijo de Fernando I de Antequera y de Leonor de Alburquerque. Sucedió a su padre en 1416 y en 1419 pasó a Cerdeña para luchar contra los genoveses. Allí recibió una embajada de la reina Juana II de Nápoles, que le ofrecía
adoptarle como hijo y heredero (1420). Deseoso de continuar la expansión aragonesa en el Mediterráneo, aceptó el ofrecimiento, pero, ante la volubilidad de la reina que se arrepintió de su propósito, hubo de regresar a Aragón (1423). Juana volvió a nombrarle heredero y volvió a desheredarle. Alfonso, irritado, se apoderó de Nápoles, pero, fallecida la reina (1434), fue derrotado en Ponga (1435). No cejó por ello en su empeño, al que dio cima con su entrada triunfal en la ciudad siete años más tarde.
En Nápoles se entregó al cultivo del humanismo y dejó grata memoria entre los sabios de que se rodeó en su Corte.
En tanto abandonó el gobierno de Aragón a su esposa, María de Castilla, y luego a su hermano Juan II, rey a la sazón de Navarra por su matrimonio con Doña Blanca, el cual le sucedería en el trono de Aragón. El de Nápoles lo heredó su hijo bastardo Fernando.