Alfonso VI El Bravo fue un destacado rey de Castilla y León entre 1030 y 1109, hijo de Fernando I y Doña Sancha.
Tras ser despojado del trono por su hermano Sancho II, logró escapar y forjar alianzas estratégicas, como con Almamún de Toledo.
Al morir Sancho, Alfonso recuperó el trono y se dedicó a la Reconquista, conquistando importantes territorios como Toledo.
Sin embargo, enfrentó derrotas ante los almorávides, dejando su legado a su hija Urraca.
Biografía de Alfonso Vi El Bravo
(1030-1109). Rey de Castilla y León, hijo de Fernando I y de la reina Doña Sancha. Rey de León a la muerte de su padre, fue despojado del trono por su hermano Sancho II, que lo venció en las batallas de Lantada (1068) y Golpéjar (1071), lo hizo prisionero y encerró en Santa María de Carrión. Alfonso logró escapar y se refugió en la corte de Almamún de Toledo, con quien firmó un pacto de amistad que respetó hasta la muerte de su aliado. A la muerte de Sancho II a las puertas de Zamora fue proclamado rey de Castilla y de León, con lo que recogió íntegra la' herencia de su padre. Empeñado en la tarea de la Reconquista, llegó en sus incursiones hasta Tarifa, conquistó Toledo y extendió sus dominios a costa de los reyes de taifas. Éstos llamaron en su auxilio a los almorávides, quienes derrotaron a Alfonso en Zalaca (1086) y Uclés (1108), donde murió el príncipe heredero Don Sancho, por lo que hubo de dejar el reino a su hija Urraca, viuda de Raimundo de Borgoña. Éste y su otro yerno, Enrique de Borgoña, primer conde de Portugal, marido de Teresa, prestáronle gran ayuda en su ingente labor de reconquista. A extender sus territorios contribuyeron también las heroicas hazañas de Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid Campeador, conquistador de Valencia, donde se mantuvo hasta su muerte como soberano.