La palabra almenilla se refiere a un adorno que tiene la forma de una almena, que son las estructuras en forma de diente que se encuentran en las murallas de castillos y fortificaciones.
Este término evoca una conexión con la arquitectura medieval, donde las almenas servían tanto para la defensa como para embellecer los edificios.
Así, la almenilla se convierte en un elemento decorativo que recuerda la historia y el arte de la construcción.