El alpinismo es un deporte que consiste en la ascensión a las montañas, donde los practicantes, conocidos como alpinistas, enfrentan diversos desafíos físicos y técnicos.
Esta actividad no solo requiere habilidades específicas, sino también un profundo respeto por la naturaleza y la seguridad.
El alpinismo combina la aventura con la superación personal, convirtiéndose en una experiencia única para quienes buscan conquistar cumbres y explorar paisajes impresionantes.
m. Deporte que consiste en la ascensión a los Alpes o a otras altas montañas.2º artículo
Deporte consistente en la ascensión a las cumbres de las altas montañas. En realidad se confunde con el montañismo, aunque el alpinista puede considerarse un montañero especializado en efectuar escaladas difíciles o peligrosas. Iniciado por afán de exploración científica o sed de aventuras, comenzó el alpinismo a practicarse sistemáticamente en el siglo xix para alcanzar al presente una difusión extraordinaria. El alpinismo difiere de otros deportes en que sus ejercitantes no precisan de rivales, de pista o campo, ni apenas de equipo especializado, salvo en las grandes alturas; tampoco poseen un reglamento que les imponga limitaciones. Sus satisfacciones, puramente subjetivas, derivan todas del esfuerzo y destreza requeridos y de la excitante sensación de triunfo que produce al hombre la conquista de la Naturaleza por su propio esfuerzo.
El alpinismo consta de dos modalidades específicas: la escalada sobre roca y la ascensión por terreno nevado o helado. En la primera, practicada generalmente en verano, estación en que algunas montañas se ven libres de su niveo manto, el escalador ha de vencer empinadas laderas o vertientes, ascender por paredes de roca casi verticales afianzando pies y manos en pequeñas grietas y trepar por angostas «chimeneas» que sólo permiten el paso de un hombre o por «pasillos» tan anchos que impiden el apoyo simultáneo de manos y pies en ambas paredes. Las técnicas utilizadas difieren apreciablemente en las dos modalidades. La ascensión por nieve o hielo entraña más dificultades y puede obligar a tallar en el hielo escalones que permitan el avance. El equipo corriente de un alpinista comprende ropa de abrigo, botas provistas de crampones o pinchos, un rollo de cuerda, un piolet que le permita afianzarse a las rocas o al hielo, y a veces piquetas y anillos para asegurar la cuerda en las ascensiones difíciles. Al salvar los heleros y glaciares, los alpinistas, distanciados de 6 a 12 m, van unidos por una larga cuerda afirmada al pecho; durante la ascensión marcha a la cabeza el guía o miembro más experimentado del grupo y en medio, el más novato. Entre los peligros latentes que amenazan al alpinista y que a veces pueden evitarse con el acompañamiento de un buen guía figuran el mal tiempo, las rocas desprendidas, las grietas ocultas, los aludes y las traicioneras cornisas de nieve.
• Alpinismo (Historia): Aunque se cree que Adriano y Trajano alcanzaron la cumbre del Etna, la primera ascensión montañera de que se tiene certeza plena fue la realizada por Pedro III de Aragón, que hacia 1265, espoleado probablemente por su espíritu aventurero, escaló la cumbre pirenaica del Canigó. Es casi segu... Para seguir leyendo ver: Alpinismo (Historia)
La cumbre más alta del mundo, el monte Everest (8882 m), después de por lo menos once infructuosos intentos, fue conquistada finalmente el 29 de mayo de 1953 por la expedición inglesa de Sir John Hunt, aunque los verdaderos héroes de tal hazaña fueron el neozelandés Edmond Hillary y el sherpa nepalí Tensing Norkay. Véase Everest, Monte.
Muchos otros picos del Himalaya se han ofrecido también como meta a la ambición de los alpinistas. En 1883 W. W. Graham ascendió al Kabru (7316 m), máxima altura alcanzada por el hombre hasta que el Duque de los Abruzzos (1909) llegó a una altitud de 7500 m en el monte Godwin-Austen (K2). En 1931 Frank Smythe y Eric Shipton escalaron la cumbre del Kamet (7761 m), la más alta de las conquistadas hasta entonces, aunque esta marca fue batida en 1936 por una expedición anglonorteamericana que coronó el Nanda Devi (7816). Esta marca fue rebasada a su vez en 1950, en que los franceses llegaron hasta la cumbre del majestuoso Annapurna (8079 m). En 1953, a poco de haberse consumado la victoria sobre el Everest, una expedición germano-austriaca coronó el Nanga Parbat (8131 m). En 1954 los italianos escalaron el segundo pico más alto del mundo, el K2 o Godwin-Austen (8611 m), y los austríacos Tichy y Jochíer con el sherpa Pasang coronan el Gho Oyu (8153 m) en octubre del mismo año. Quedan aún, empero, por conquistar en el Himalaya numerosas cumbres altísimas.
En el Hemisferio occidental la cima más alta de Norteamérica, el monte McKinley (6127 m), fue escalada por vez primera en 1913 por Hudson Stuck. En 1925 se coronaba la mayor prominencia del Canadá, el monte Logan (6054 m). Años antes (1897) había sucumbido a la intrepidez montañera la máxima elevación del Nuevo Mundo, el Aconcagua (7035 m). Como punto final resalta la tendencia del alpinismo actual a dedicar su atención a las cumbres menores y a escalar montañas ya conquistadas por nuevas y más difíciles sendas. Véase Montaña.