Ejercicio atlético que tiene como finalidad conseguir el máximo de altura sin el empleo de ningún artefacto de ayuda. Los saltos de altura se realizan en la actualidad con carrera preliminar de impulso, aunque en otros tiempos se realizasen también sin impulso.
El reglamento determina que el participante ha de impulsarse con un solo pie, pero la supresión de la antigua prohibición de pasar el cuerpo antes que las dos piernas ha permitido obtener mayores alturas.
Para realizar el salto se toma la carrera de impulso sobre una pista en ceniza o tierra batida, de las dimensiones suficientes para permitir alcanzar la velocidad precisa. El listón debe medir entre 3,64 y 4 m y puede ser de madera o metal, con una sección triangular o cilíndrica de 3 cm de lado y diámetro, respectivamente. Se coloca sobre dos soportes rígidos, separados de 3,66 a 4,02 m. El salto será nulo cuando el atleta tire al suelo la barra o si lo toca más allá del plano de los postes que soportan el listón. El participante será eliminado cuando realice tres intentos nulos consecutivos, cualquiera que sea la altura o alturas en que se produzcan.
Para este salto las condiciones más precisas son: buena estatura, ya que resulta en general difícil superar en más de 20 cm la altura del atleta; magníficos reflejos para poder convertir el deslizamiento horizontal de la carrera en el desplazamiento vertical del salto; buena concentración y nervios templados, necesarios éstos sobre todo en las grandes competiciones, por lo mucho que suelen durar, y estilo depurado para poder conseguir aprovechar al máximo el impulso sin tirar la barra.
Existen numerosos estilos y dentro de cada uno de ellos variantes debidas a los atletas más famosos, de acuerdo con sus peculiares características físicas. Los antiguos estilos Lewden —de frente— y tijera —de costado— se han visto relegados por otros más eficaces, especialmente los «rodillos» lateral y ventral, que son hoy casi los únicos utilizados por los grandes saltadores. El objeto que se persigue es «rodar» el cuerpo sobre el listón una vez traspuesta la pierna contraria a la de ataque y «tirar» de la pierna retrasada por un movimiento de caderas, ayudado por el movimiento de brazos. Para la mayor eficacia hay que conseguir que el centro de gravedad del atleta en él momento del salto quede a muy poca altura sobre el listón. Bengt Nilsson (Suecia) fue el instaurador del estilo ventral con zambullida, que los saltadores rusos aplican hoy con notable acierto, a base de retrasar el cuerpo hacia atrás en el momento del impulso para conseguir una mayor elevación.
Aunque los atletas griegos ya practicaron en sus Juegos Olímpicos el salto de altura, lo hicieron con menor intensidad que el de longitud, más simple y natural. Hoy este tipo de salto constituye una de las pruebas olímpicas y es rara la reunión atlética en que no se celebra.
Después de la constitución de la IAAF (International Amateur Athletic Federation), el primer récord mundial homologado en esta prueba fue el del norteamericano G. L. Horine, con 2,01 m en 1912.