Fernando Álvarez de Toledo, conocido como el tercer duque de Alba, fue una figura destacada del siglo XVI, nacido en 1507 en Piedrahita y fallecido en Lisboa en 1582.
Hijo de un noble que murió en combate, se convirtió en un importante militar y político al servicio de los reyes Carlos I y Felipe II.
Su legado incluye victorias significativas, como la batalla de Mühlberg, y su controvertida gestión en Flandes, donde enfrentó la revuelta de los protestantes.
Biografía de Álvarez De Toledo, Fernando
(1507-82). Tercer duque de Alba, llamado el Grande, nacido en Piedrahita y muerto en Lisboa. Hijo de D. García de Toledo, muerto en la isla de Gelves, luchando heroicamente, y de D.a Beatriz Pimentel, sucedió a su abuelo, el segundo duque, y tomó parte en todas las grandes empresas de Carlos I y Felipe II. Ganó contra los protestantes alemanes la batalla de Mühlberg (1547). Siendo virrey de Nápoles invadió (1557) los Estados Pontificios y obligó al papa Paulo IV a pedir la paz, solicitando a continuación su perdón y lográndolo. En 1567 pasó a Flandes para acabar con los excesos que allí se cometían: para ello creó el Tribunal de los Tumultos, que condenó a muerte a los condes de Egmont y de Horn, jefes principales de la revuelta. Uniéronse entonces católicos y protestantes contra él y, aunque en realidad el Duque no hacía más que cumplir las órdenes reales, lograron en 1573 que fuera substituido por Requesens. Después el rey le retuvo preso en Uceda por culpa de un hijo suyo, pero le encargó de dirigir la conquista de Portugal, lo que hizo, diciendo a Felipe II: «Sois el único monarca de la tierra que sacáis de la prisión a un general para daros otra corona.» Al morir fue
asistido por Fray Luis de Granada. Excelente político, hábil guerrero y tan altivo que únicamente el propio Felipe II pudo someterle, resplandece como una de las grandes figuras de la Historia. Ha sido acusado de cruel en su gobierno de los Países Bajos.