El término amanar proviene de un uso antiguo que se refiere a la acción de prevenir, preparar o poner a la mano algo.
Aunque hoy en día esta acepción está en desuso, su significado evoca la idea de estar listo o tener a disposición lo necesario para un propósito específico.
A pesar de su rareza en el lenguaje actual, "amanar" refleja una práctica de anticipación y organización que puede ser relevante en contextos históricos o literarios.