El término amarizar tiene dos acepciones principales.
En el contexto de América Latina, se refiere a amarar, que implica la acción de amarrar o asegurar algo.
Por otro lado, en Salamanca, amarizar se utiliza para describir el acto de sestear el ganado, es decir, permitir que los animales descansen o se alimenten en un lugar específico.
Ambas definiciones reflejan el uso regional y específico de esta palabra.