El término amatrerarse proviene del español ecuatoriano y se refiere a la acción de una res que no desea abandonar un lugar específico.
Este comportamiento puede ser observado en animales que, por diversas razones, se sienten cómodos o seguros en un espacio determinado.
La palabra refleja una conexión con el entorno y una resistencia al cambio, lo que la convierte en un concepto interesante dentro del ámbito rural y ganadero de Ecuador.