La leyenda de las Amazonas proviene de la antigua Grecia y describe a una raza de mujeres guerreras que habitaban más allá del Cáucaso.
Estas mujeres, gobernadas por una reina, eran conocidas por su valentía y su rechazo a la presencia masculina en sus tierras.
Para asegurar la continuidad de su especie, mantenían encuentros ocasionales con hombres de regiones cercanas, pero los varones resultantes eran sacrificados o enviados de vuelta.
Las hembras, en cambio, eran educadas en el arte de la guerra, y se decía que para mejorar su habilidad con el arco, se extirpaban el pecho derecho.
Esta fascinante historia refleja las antiguas conquistas y creencias de la época.
Según la leyenda griega, raza belicosa de mujeres que vivían en la Sarmacia asiática, más allá del Cáucaso, e invadieron Asia Menor, Tracia, Grecia, Egipto y otros países. Eran gobernadas por una reina y no toleraban en sus dominios la presencia de hombres. Una vez al año, para perpetuar la especie, establecían relaciones efímeras con sus vecinos, los habitantes de Gargara. A los nacidos de esta unión accidental, si eran varones, los sacrificaban o devolvían a sus padres; si hembras, las conservaban y adiestraban celosamente en el arte de la guerra. Se decía que para mejor manejar el arco las amazonas se extirpaban el pecho derecho.
La leyenda es probablemente una reminiscencia de las conquistas de los hititas, que, derramándose del Cáucaso, invadieron el Asia Menor y fundaron Éfeso y otras ciudades. Su gran diosa, Artemisa o Diana de los efesios, era custodiada por una cohorte de sacerdotisas armadas. El arte antiguo representa siempre a las amazonas vistiendo la túnica de los hititas y esgrimiendo el hacha bifronte hitita.
En América del Sur existió también la leyenda de las amazonas, que dieron su nombre al gran río; el reino de Dahomey, en África occidental, tuvo un ejército de mujeres hasta 1894, en que fue conquistado por los franceses.