La expresión “América, Etapa Formativa En” se refiere a un periodo crucial en la historia de los pueblos americanos, donde se evidencia la diversidad del hombre americano.
Esta diversidad no se limita a una sola raza, sino que surge de la mezcla de múltiples elementos antropológicos que, a través del contacto, han generado características comunes.
Aunque la Antropología aún investiga sus orígenes, se sugiere que estos pueblos son autóctonos y han habitado el continente desde tiempos remotos.
América, Etapa Formativa En
El hombre americano no forma una raza única, sino que presenta gran número de variantes que deben atribuirse a la conjunción de varios elementos antropológicos que, por contacto, crearon rasgos comunes antiguos que dominan en la mayor parte de la población, mientras los elementos primitivos aparecen arrinconados. La misma variedad se deduce del estudio de las lenguas y de las costumbres. Aunque la Antropología no ha llegado a una conclusión definitiva, parece probable que el hombre americano tiene razones para considerarse autóctono y en cambio es posible que apareciera ya sobre el continente durante el final de la época glaciar y que hubiera entrado durante el Pleistoceno. El fondo primitivo de la población lo forman elementos de tipo dolicocéfalo con caracteres primitivos y semejanzas sin explicar aún con neandertaloides y australoides, melanesios y európidos, sobre cuyo fondo se superpusieron oleadas de braquicéfalos de tipo mogoloide, siendo el tipo esquimal el último que llegó a América. El único camino de entrada conocido es el Estrecho de Bering y desde luego ninguna de las emigraciones pudo ser posterior a la formación de las grandes culturas del Oriente Lejano.
