La infección del colon por el parásito Amiba (Endamoeba histolytica), se llama amibiasis. Muchas personas sufren esta infección sin que presenten ningún síntoma bien definido; otras, en cambio, tienen diversos síntomas que varían desde una diarrea leve a la disentería aguda. La amibiasis se padece en todo el mundo, pero es más frecuente en los trópicos, donde se calcula que más de la mitad de la población está infectada. En las regiones en que se dispone de una buena organización sanitaria la frecuencia de la infección es baja, pero incluso en los Estados Unidos se calcula que una de cada diez personas padece amebiasis o disentería amíbica.
Los parásitos.
La infección se adquiere generalmente al ingerir alimentos o bebidas contaminados con formas enquistadas de la amiba procedentes de las heces de una persona infectada. Estos quistes tienen una cápsula externa que resiste los fermentos digestivos hasta que llegan a la parte inferior del intestino. Aquí pierden su cubierta protectora y aparecen como formas vegetativas dotadas de movimiento activo, llamadas trofozoitos. Estas formas son capaces de invadir los tejidos, donde se multiplican y producen úlceras y abscesos en la pared del colon. Desde aquí algunos parásitos llegan por las venas al hígado, donde pueden originar abscesos; mas rara vez llegan a otros órganos, como el cerebro, la vesícula biliar y el útero. Las amibas que permanecen en la luz intestinal se enquistan pronto y se expulsan con las heces.
Las amibas enquistadas son destruidas rápidamente por la desecación, pero en el agua pueden vivir hasta treinta días, según el número de bacterias presentes. Una temperatura de 50 °C las mata muy pronto; no así el frío, ya que en hielo resisten hasta noventa días. La cloración de las aguas que habitualmente se emplea para purificarlas no destruye las amibas enquistadas; lo mismo reza para otros muchos desinfectantes en las diluciones corrientes, como el bicloruro de mercurio, el formol o el permanganato potásico. Sucumben, sin embargo, a una solución de cresol al 5 % o de ácido fénico al 1 por ciento.
Los quistes que conservan la capacidad infectiva pueden llegar a nuevos huéspedes por varios caminos. Las moscas y las cucarachas, que se alimentan de excrementos humanos, pueden ingerir los quistes y depositarlos donde puedan contaminar los alimentos o bebidas. Las aguas residuales son otra fuente común de infección (v. Fontanería; Aguas residuales y su depuración). Los portadores crónicos de los quistes (o personas que padecen amibiasis con escasos síntomas intestinales o sin ellos) propagan la infección, especialmente si manipulan alimentos. Los pacientes de diarrea o disentería aguda rara vez transmiten la infección porque generalmente con las deposiciones líquidas no se expulsan quistes infecciosos.
Síntomas y tratamientos.
Las personas difieren mucho en su manera de reaccionar a la infección por Endamoeba histolytica. Lo más corriente es que los individuos se conviertan en portadores de quistes sin apenas presentar síntomas y lo menos frecuente es que desarrollen una disentería aguda por amibas. Por regla general, ésta empieza de una manera súbita, con dolor de cabeza, náuseas, escalofríos, fiebre y diarrea de 15 a 20 deposiciones líquidas al día. En los casos agudos el examen rectoscópico puede facilitar el diagnóstico al descubrir las lesiones típicas, pero el diagnóstico positivo se basa siempre en el hallazgo de las amibas en las heces. El hecho de no descubrirlas en un primer intento no significa necesariamente que el enfermo no tenga amibiasis, pues su búsqueda es frecuentemente laboriosa. Para el tratamiento de la amibiasis disponemos de varios medicamentos útiles. La emetina, alcaloide de la ipecacuana, es eficaz, pues destruye las amibas dentro de los tejidos. Los antibióticos Aureomicina y Terramigina han demostrado una gran eficacia. La carbarsona, arsenical orgánico, mata las amibas tanto en la luz del intestino como en el interior de los tejidos. Varios fármacos del grupo de ácido oxiquinoleinsulfónico, que liberan cloro y yodo, obran en la luz intestinal. Corrientemente se emplean juntos varios de los medicamentos mencionados. En los casos de disentería aguda se recomienda reposo en cama, dieta líquida o semilíquida y vitaminas.
Cantidad de letras, vocales y consonantes de amibiasis o disentería amíbica
Palabra inversa: acibíma aíretnesid o sisaibima Número de letras: 27 Posee un total de 15 vocales: a i i a i o i e e í a a í i a Y un total de 12 consonantes: m b s s d s n t r m b c
¿Es aceptada "amibiasis o disentería amíbica" en el diccionario de la RAE?